domingo, 21 de junio de 2009

festival indyspensable, madrid


este año el festival indyspensable del barrio de villarverde, en madrid, dedicaba su cartel a celebrar el aniversario de un par de sellos madrileños: elefant records y subterfuge. simpatizante como soy sobre todo del sello indiepop por excelencia, teniendo que decidir entre un día o el otro, lo tenía claro. además, tocaban cooper y esa revelación de la temporada que es el grupo de pop pop pop italiano fitness forever. a subterfuge nunca le he tenido mucha simpatía, básicamente porque nunca he entendido su línea musical, si es que la han pretendido alguna vez tener.


elefant sin embargo sí que han sido una referencia. no es que tenga todos sus discos ni muchísimo menos pero sí que tengo referencias de casi todos los años, de casi todos estos veinte años que ya han pasado. parece mentira. y siguen siendo fieles al tipo de música que les gustaba al principio, con cambios, claro, en sus miras, que recuerdo yo que por ejemplo al principio eso del rollo sixties, retro e incluso tonti no les hacía mucha gracia y mira cómo cambiaron las cosas a los pocos años, sobre todo cuando los noventa iban acabando. precisamente fueron los fresones rebeldes uno de los grupos punteros de aquel rollo y creo, si mal no recuerdo, que sacaron sus discos en subterfuge, no en elefant. quizás en elefant sacaran sencillos o EPs. no recuerdo bien. y tras los fresones rebeldes felipe, su cabecilla, creo, montó la cola jet set "band": y llegué a las dos últimas canciones, lo siento. para observar que el móvil de su música no dista mucho de aquellos. canciones pop de base de guitarra rítmica saltarina y letras en castellano que juegan a veces demasiado cerca de lo sonrojante si se tiene en cuenta que son adultos los que cantan. siento habérmelos perdido.

llegué a tiempo de ver a fitness forever. desde que su disco cayó en mis manos no he parado de pincharlo. creo que es lo más animado que he podido escuchar este año. me da la vida. lo pincho para ir a trabajar, cuando empieza el fin de semana, cuando necesito sonreir, que me hace falta y últimamente apenas lo hago. creo que ha sido mucho mejor que cualquiera de las medicinas que me han recetado los médicos últimamente para combatir contra los malitos virus que creo han decidido vivir dentro de mí y aprovecharse de mis bajas defensas habituales. fitness forever son un grupo de nápoles, creo, formado por cuatro personas y arropados por un montón de músicos. todos, en torno al genio creativo, compositivo, arreglista... de un tipo llamado carlos valderrama. sus canciones están muy bien escritas, muy bien arregladas y estupendamente grabadas. a medio camino entre el beat sesentero, el pop más desternillante de los setenta, los arreglos orquestales de cosas como vacaciones en el mar, el buen gusto bossa del que sabe de qué coño va esto del pop. y donde un tipo al que comparan con ellos en todas partes, guille milkyway, usa programaciones y algo de electrónica, ellos usan instrumentos de verdad, trompetas, teclados de todo tipo, percusiones e incluso unas maravillosamente escritas cuerdas que además suenan a cuerdas. las letras son otro punto: en un italiano que invita a imaginar la placidez del darse a la buena vida, a la dolce vita, a recorrer la costa azul al volante de un mini de color naranja. es clase, pero clase a la italiana de hace treinta años. supongo que en su país esto será tan anacrónico como en el nuestro. pero quién sabe, que italia es el país de las modas y ya se sabe que las modas vuelven: todas. y como vuelva ésta, fitness forever van a ser número uno y top ventas instantáneo. en directo, lejos de decepcionar por la falta de parecido con el disco, fitness forever monta un superdivertido espectáculo de nueve personas: batería de gafas de eternas gafas de sol y capaz no solo de cantar sino de silbar en ese instrumental que separa fases en su disco, guitarra de acompañamiento del guitarra de acompañamiento, a veces doce cuerdas, otras acústica o eléctrica de seis, guitarra de ritmo y solos y cantante y cerebro de la banda, bajista de perenne sonrisa y uniforme blanquísimo de taekwondo, dos cantantes al frente, de sonrisa nerviosa y voces aniñadas para acompañar la voz principal, trompeta para esos arreglos tan característicos de casi todas las canciones, teclista ahora al hammond, ahora al piano ahora a las cuerdas sintetizadas... una maravilla. eso sí, a las nueve de la noche de un día de casi verano plomizo y muy caluroso, a la luz del día, en el crudo y feo escenario en el que el festival sucede y con poca gente todavía presente y menos interesada en escucharles. resultado: quiero engancharme y disfrutar pero no termino de conseguirlo. y eso que ellos lo tienen todo para engancharme: las canciones son las del disco, lo tocan muy muy parecido, pero claro, esto mismo, en un bar en formentera, con el sol cayendo, con el mar detrás y con un mojito en las manos hubiese sido lo más parecido al cielo de los hedonistas que pueda imaginar. gran concierto, aunque creo que muchos menos de los que debieran se han enterado. y tocaron, claro que sí, d'estate, la declaración de intenciones veraniega más abrumante que uno haya podido escuchar. si te la pones y no te gusta, no lo sigas intentando con ellos porque no estáis hechos los unos para los otros.

después del baño pop de fitness forever, anni b sweet. una chica de ventipocos, guitarra acústica en ristre acompañada por una banda con guitarra, contrabajo eléctrico, teclista y batería. lo primero que impresiona es la voz: de una calidad fuera de lo común. preciosa, dulce y potente a la vez. y unas canciones tranquilas en general, melodiosas, medios tiempos. es bonito. canta en inglés. una cantante folkie como las americanas de mediados de los setenta pero en pleno madrid casi en 2010. más anacronismos. pertenece, quizás sin quererlo, a un grupo de chicas que hacen cosas muy parecidas, tienen muy buena voz y saben lo que quieren. o al menos eso parece. a un conocido todo esto le parece insultantemente pretencioso. y yo pienso que los grandes del pop que a él y a mí nos gustan tanto a esa misma edad ya habían grabado gran parte de las mejores canciones que nunca harían... así que tampoco habría que asombrarse tanto, ¿no? pero claro, es que hoy con ventitantos en españa se está en una universidad que cada vez se parece más al cole y se vive en casa con los padres hasta ni se sabe cuando. qué se yo. anni b sweet creo que en un escenario en un bar pequeño ganaría en presencia y sobre todo en respeto de quien fuera a verla. a mí de da un poco de repelús pensar que esto que canta y como lo canta, traducido al castellano, sonaría un poco a maría ostiz, la que escribió ese temazo llamado "no sabes como sufrí" pero también muchas cosas más tan insidiosamente repugnantes... supongo que muchos pensarán lo mismo colocando enfrente de anni a otra cantautora del siglo pasado. el tiempo dirá si estas chicas tienen prometedoras carreras o no. desde luego si después del bombo que les da la prensa no lo consiguen yo me lo pensaría.

una de las señas de identidad de elefant siempre ha sido el típico grupo medio indie, medio shoegazer, de formación típica de bajo, batería, teclado y voz de chico con chica. y si además son suecos, pues mejor que mejor. hoy, sobre el escenario, speedmarket avenue. no les conocía y me pasó con ellos lo que me pasa con muchos de estos grupos: la primera, impacta, la segunda también pero un poco menos, y a la cuarta estás ya medio aburrido. de repente llega el hit, y luego vuelve todo a donde lo dejamos. ni pena ni gloria. la cantante llevaba una buena encima, pero no dio la nota, todo lo contrario. creo que si no fueran suecos serían algo así como underwater tea party, un grupo indie que está bien. y ya está.

y por último, los mejores de la noche. ya no sé que escribir a estas alturas de cooper. les he visto unas cuantas veces en pocos meses y hoy han estado sencillamente geniales. gran sonido. gran repertorio (más cañero en general que de constumbre, supongo que elegido a propósito por eso del escenario). muy bien cantado. hyde park empieza a subir en el top de sus singles, aunque al principio no me terminaba de convencer. gran grupo. supongo que muy a gusto en elefant, donde están desde hace ya mucho, desde el final de los flechazos, de hecho. y los flechazos cerraron el viernes, con ese quiero regresar que tanto evoca. un conciertazo.

homenaje a ramon el portugués en cardamomo, serrat 100x100 en el circo price, grand archives en moby dick

cada vez me cuesta más ponerme a escribir en este blog. pero no quiero dejar de hacerlo. por eso intento ponerlo hoy al día. superando virus varios, sobrecarga de trabajo, compromisos y sobre todo esa sensación de estar haciendo el tonto al escribir notas sobre (sobre todo) los conciertos que voy a ver.


hace ya más de un mes que el bar cardamomo

organizaba dos concierto especiales homenaje a ramón el portugués, cantaor extremeño necesitado de dinero para operarse de algo que todavía no he sabido qué es. supongo que el compadreo tuvo pues la culpa de esos dos lunes de cita flamenca en el bar de la calle echegaray. era mi primera vez en este sitio, habitual tablado espectáculo preparado para turistas atraídos por lo flamenco. había dos tipos de entradas, y dos precios. las "baratas" y las caras (con derecho a asiento). compré, obviamente, de las primeras. abrimos las puertas a las ocho y empezaremos a las nueve. cola para entrar y coger sitio de pie lo más próximo posible al escenario... pero por el lateral, que todo el frontal estaba reservado a los que por un pellizco más habían comprado derecho a asiento. y el frontal del escenario, un espacio muy reducido entre el mismo al frente, la cabina del técnico de sonido a la espalda, la barra de la entrada a la izquierda y el paso a los camerinos, supongo, a la izquierda. espacio muy reducido para unos cuantos apelotonados espectadores que deseábamos que el acontecimiento empezara cuanto antes: lunes, nueve de la noche, toda una semana de trabajo por delante. creo que quique san francisco, quien oficio de presentador al comienzo del recital, debió salir al escenario a esto de las once. el cabreo, el cansancio y la sensación de haber sido engañado es evidente que ya cundía entre los poco más de cien que allí estábamos. y es que sí, en el escenario se iban a juntar en la misma noche unos cuantos de los cabezas de escudería del mundo del cante y el toque, que la ocasión era única, pero, por favor, un respeto al público que también creo da sentido a estas cosas. cosa aparte fue que amigos, compañeros y familiares de todos los que por el escenario pasaron estaban a nuestra derecha, entre el camerino y nuestro sitio. y de verdad que no he visto en mi vida gente tan maleducada en un concierto. seguramente para ellos escuchar a esta gente en directo no tenga ningún especial atractivo a estas alturas, que supongo que desayunará, comerán y cenarán escuchándose cantar y tocar los unos a los otros. pero es que no pararon de hablar a voz en grito, entre ellos, y no precisamente de lo que en el escenario pasaba. ya digo, un horror y un error haber acudido a este recital. porque además la visibilidad era reducida, estábamos incómodos y encima mal acompañados. y me da igual si la causa fuera o no fuera justa, que supongo que lo era. o no, no lo sé. yo no conozco a ramón el portugués y no sé exactamente de qué se trataba la colecta. pero es que eso tampoco fue el homenaje que uno hubiera esperado, porque menciones, salvo al final, al cantaor extremeño, hubo pocas.

en lo puramente musical, qué decir. las actuaciones fueron muchas y breves. no siguieron el orden del cartel y tampoco presentaron a los que al escenario subían. supongo que sería por eso de que debíamos tener claro todos en cada momento quién tocaba, cantaba o palmeaba. pero creo que no era así. yo soy aficionado muy principiante y hubiera agradecido un poco más de empatía con el público, por lejano quizás a las "familias" que pudiera ser. por eso entre tanta actuación he de resaltar de manera notable la de ese dúo de hip-hop de pan bendito que se llama "la excepción". con sus bases programadas hicieron dos números y se llevaron los aplausos más sinceros de la noche: probablemente porque dijeron hola y adiós, porque se mostraron encantados de estar allí, porque nos dieron las gracias por acudir y porque intentaron hacernos pasar un buen rato sin olvidar que estaban ahí porque se sentían en deuda, aunque sea cultural, con el homenajeado. los chunguitos estuvieron también a la altura y ese "me quedo contigo" tan desnudo puso los pelos de punta. josé el francés, pepe habichuela y josemi carmona llevaron el peso de gran parte de la actuación. y aguantamos porque diego el cigala iba a hacer su aparición al final. hizo unos cantes difíciles por la ejecución y por lo poco inmediato de los mismos. y mereció la pena. demostró porque es uno de los grandes. y nos fuimos. era muy tarde, estábamos un poco cabreados y quedaban días de trabajo por delante realmente duros.

días después, serrat volvía a madrid con su espectáculo más desnudo: 100x100. hace un par de años regalé mi entrada horas antes de la estación por una maldita gastrointeritis. esta vez no quería perdérmelo. y por fin pude disfrutarle. me habían dicho que ya no era el que fue. que si la voz no era la que llegó a ser, que si el repertorio intercala piezas menores y más desconocidas. pero qué coño. lo que vi en el circo price fue impresionante. y verdaderamente entrañable. salvo porque había llevado a sobrinas de corta edad a ver un espectáculo de circo, era mi primera vez en este sitio para ver un concierto. las entradas eran de grada y a media altura, pero centradas. y he de decir que la visibilidad era perfecta y el sonido también. muy malo tenía que ser el sitio y el técnico para no sonorizar bien una voz, una guitarra y un piano. serrat sale a un escenario casi desnudo: un piano, una guitarra y una mesa con una botella de cava y un par de copas para ir enjuagando y refrescando el gaznate. y plantea el espectáculo como una pequeña representación sobre la que va intercalando canciones. no se trata de un storytelling de éstos en los que cuenta su carrera, no. de hecho las historias que relata son de aquí y de allí, de entonces de más entonces y de ahora. y todas son divertidas, emocionantes e interesantes. y las cuenta de miedo. es un gran actor. se hace el tonto muy bien. y con el leitmotif de los proverbios orientales va encadenando sonrisa tras sonrisa en el espectador. la media de edad era la edad media, que dijo aquel. y sentí algo que hacía tiempo no sentía: ser de los más jóvenes de la parroquia. y me gustó. me da rabia ver a cantantes de sesenta o más tocando para los de su edad con el único aliciente de la nostalgia, destrozando canciones que fueron grandes, obviando lo que fueron en su día y hoy ya no son. sin embargo en este concierto de serrat no encuentro ni un ápice de esta pretensión. y es lo que me gusta. no soporto la autocomplacencia y hoy en el circo price no hay ni una pizca. lo que hay sobre el escenario es un señor mayor de espíritu eternamente joven, de humor deudor del mejor gila, modesto, escritor de algunas de las mejores canciones y letras en castellano hasta la fecha pero también capaz de escribir historias sobre cosas que otros no sabrían ni hacer una redacción en mala prosa. reconozco que no he escuchado ni bien ni mal los discos de serrat de los últimos casi veinte años. y por eso me sorprendo ante composiciones tan interesantes como algunas de las que hoy interpreta: sí, vale, no tienen la emoción de pueblo blanco, mediterráneo o la balada de otoño, pero demuestran que serrat es un trabajador incansable, que busca inspiración (y la encuentra) en el día a día que además lo hace casi siempre con una acertadísima puntería. en mi opinión el punto más flaco de sus últimas composiciones (desde hace ya mucho tiempo) son las melodías y los arreglos. melodías que no tienen demasiada magia ni emoción y arreglos muy alejados de la desnuda sencillez del principio o de la apabullante orquestación de finales de los sesenta o setenta. no sé por qué la generación de mis padres, a la que serrat pertenece, huye de aquellos arreglos, tan maravillosos como yo siempre los he considerado. no es el único, le pasa a mucha gente de aquella época. mi teoría es que nunca tuvieron muy presente el norte del buen gusto musical y que si a mí todo aquello me gusta tanto es porque aprecio la calidad y el buen gusto pero que ellos solo se dejaron llevar por lo que la moda musical decía que había que hacer: por eso han intentado adaptar su cancionero a lo que parecía llevarse en cada momento (los ochenta, o quizás quedarse en los ochenta) y ahí es donde se produce una divergencia mayor entre lo que yo considero es el buen gusto musical y el malo, el modernillo, el contaminado por tecnicismos que más que ayudar avejentan algo pretendidamente futurista que en poco, muy poco tiempo, se convierte en antediluviano: amigos, una guitarra de palo o una orquesta e cuerda está hiperdemostrado que soportará absolutamente todo: cosa que no podemos decir de unos arreglos de sintetizador de los años ochenta. pero esto es solo una opinión.

me quedo con el momento en que hizo el romance de curro el palmo: tenía muy presenta yo en ese momento la versión de antonio vega, que había muerto días antes. serrat ni le mencionó. supongo que porque al 95% de los presentes tampoco les fuera a decir mucho el nombre del madrileño. y me quedo con esa sana intención de agradar, saliendo a hacer hasta dos bises, cantando lo que la gente quiere oir, y cómo lo cantó. me huelo que serrat está a punto de dejar esto de tocar en escenarios. no es que lo haya leído ni se lo haya oído, pero me huele. por eso no quería perderme esta oportunidad. y salí con una sonrisa de oreja a oreja. por cierto, que en el hall del circo, un tenderete vendiendo todos sus discos en cd... como si saliera de siroco. me encantó. y una recomendación: si queréis recuperar la obra de los sesenta y setenta de serrat, acudir a comprar de importación todos sus discos re-editados en argentina: terminan saliendo mas baratos y las ediciones son más que dignas. curioso.

cambiamos de tercio y nos vamos a ver a una de las lumbreras del indie americana o americana más indie: the grand archives. dejamos el teatro (o el circo) por un bar, el moby dick, especialista a subir a su escenario a grupos americanos de este pelaje. the grand archives es el grupo de uno de los dos cabecillas de band of horses, banda de referencia del indie americano del que no tengo ni un solo disco y a quienes no he oído nunca. mis amigos se ríen de mí y me animan a que lo intente, que me van a encantar... de momento sigo igual. a ver si me decido por darme de bruces con alguna de sus grabaciones. de momento, hablamos de the grand archives. bajo este pedante nombre se esconde una banda de cinco hirsutos norteamericanos liderados por un tipo delgado, alto y distraído a la guitarra y voz principal. la banda la completan otro guitarra, un bajista y u batería. en el disco, de reminiscencias sesenteras californianas hay muchos más instrumentos. en directo, suplen la ausencia de matices instrumentales con oficio y altas dosis de eso que se llama capacidad de emocionar. el cantante principal apenas habla con el público, no así el resto de la banda, que no para de declararnos lo contentos que están de habernos conocido, haber venido a españa y estar tocando para nosotros. the grand archives solo tienen un disco. y qué disco. de lo mejor del pasado año. de letras poéticas, voces dulces, estribillos pegadizos y sobre todo tiempos medios, cálidos y clase, mucha clase. son para mí un cruce perfecto entre mojave 3 y los boo radleys más poop, aunque sea una definición algo desconcertante para el lector. teniendo un solo disco y además de una duración de ésas de las de antigua usanza (vamos, que no graban y graban hasta agotar los 74 u 80 minutos de capacidad del cd), el repertorio no puede ser demasiado extenso así que hacen el concierto perfecto: casi todo el disco, un par de canciones de lo que será su nuevo disco (después del verano), una versión de dylan... y para empezar, esa maravilla que se llama "miniature birds"

hubo teloneros para the grand archives: the wooden birds. pero solo pude ver una canción, porque llegué tarde, muy tarde. y eso que mi intención estar allí desde que abrieran las puertas pero, claro, cuando uno tiene que volverse a casa desde el local del concierto porque se ha dejado la entrada encima de la mesa...