domingo, 21 de junio de 2009

homenaje a ramon el portugués en cardamomo, serrat 100x100 en el circo price, grand archives en moby dick

cada vez me cuesta más ponerme a escribir en este blog. pero no quiero dejar de hacerlo. por eso intento ponerlo hoy al día. superando virus varios, sobrecarga de trabajo, compromisos y sobre todo esa sensación de estar haciendo el tonto al escribir notas sobre (sobre todo) los conciertos que voy a ver.


hace ya más de un mes que el bar cardamomo

organizaba dos concierto especiales homenaje a ramón el portugués, cantaor extremeño necesitado de dinero para operarse de algo que todavía no he sabido qué es. supongo que el compadreo tuvo pues la culpa de esos dos lunes de cita flamenca en el bar de la calle echegaray. era mi primera vez en este sitio, habitual tablado espectáculo preparado para turistas atraídos por lo flamenco. había dos tipos de entradas, y dos precios. las "baratas" y las caras (con derecho a asiento). compré, obviamente, de las primeras. abrimos las puertas a las ocho y empezaremos a las nueve. cola para entrar y coger sitio de pie lo más próximo posible al escenario... pero por el lateral, que todo el frontal estaba reservado a los que por un pellizco más habían comprado derecho a asiento. y el frontal del escenario, un espacio muy reducido entre el mismo al frente, la cabina del técnico de sonido a la espalda, la barra de la entrada a la izquierda y el paso a los camerinos, supongo, a la izquierda. espacio muy reducido para unos cuantos apelotonados espectadores que deseábamos que el acontecimiento empezara cuanto antes: lunes, nueve de la noche, toda una semana de trabajo por delante. creo que quique san francisco, quien oficio de presentador al comienzo del recital, debió salir al escenario a esto de las once. el cabreo, el cansancio y la sensación de haber sido engañado es evidente que ya cundía entre los poco más de cien que allí estábamos. y es que sí, en el escenario se iban a juntar en la misma noche unos cuantos de los cabezas de escudería del mundo del cante y el toque, que la ocasión era única, pero, por favor, un respeto al público que también creo da sentido a estas cosas. cosa aparte fue que amigos, compañeros y familiares de todos los que por el escenario pasaron estaban a nuestra derecha, entre el camerino y nuestro sitio. y de verdad que no he visto en mi vida gente tan maleducada en un concierto. seguramente para ellos escuchar a esta gente en directo no tenga ningún especial atractivo a estas alturas, que supongo que desayunará, comerán y cenarán escuchándose cantar y tocar los unos a los otros. pero es que no pararon de hablar a voz en grito, entre ellos, y no precisamente de lo que en el escenario pasaba. ya digo, un horror y un error haber acudido a este recital. porque además la visibilidad era reducida, estábamos incómodos y encima mal acompañados. y me da igual si la causa fuera o no fuera justa, que supongo que lo era. o no, no lo sé. yo no conozco a ramón el portugués y no sé exactamente de qué se trataba la colecta. pero es que eso tampoco fue el homenaje que uno hubiera esperado, porque menciones, salvo al final, al cantaor extremeño, hubo pocas.

en lo puramente musical, qué decir. las actuaciones fueron muchas y breves. no siguieron el orden del cartel y tampoco presentaron a los que al escenario subían. supongo que sería por eso de que debíamos tener claro todos en cada momento quién tocaba, cantaba o palmeaba. pero creo que no era así. yo soy aficionado muy principiante y hubiera agradecido un poco más de empatía con el público, por lejano quizás a las "familias" que pudiera ser. por eso entre tanta actuación he de resaltar de manera notable la de ese dúo de hip-hop de pan bendito que se llama "la excepción". con sus bases programadas hicieron dos números y se llevaron los aplausos más sinceros de la noche: probablemente porque dijeron hola y adiós, porque se mostraron encantados de estar allí, porque nos dieron las gracias por acudir y porque intentaron hacernos pasar un buen rato sin olvidar que estaban ahí porque se sentían en deuda, aunque sea cultural, con el homenajeado. los chunguitos estuvieron también a la altura y ese "me quedo contigo" tan desnudo puso los pelos de punta. josé el francés, pepe habichuela y josemi carmona llevaron el peso de gran parte de la actuación. y aguantamos porque diego el cigala iba a hacer su aparición al final. hizo unos cantes difíciles por la ejecución y por lo poco inmediato de los mismos. y mereció la pena. demostró porque es uno de los grandes. y nos fuimos. era muy tarde, estábamos un poco cabreados y quedaban días de trabajo por delante realmente duros.

días después, serrat volvía a madrid con su espectáculo más desnudo: 100x100. hace un par de años regalé mi entrada horas antes de la estación por una maldita gastrointeritis. esta vez no quería perdérmelo. y por fin pude disfrutarle. me habían dicho que ya no era el que fue. que si la voz no era la que llegó a ser, que si el repertorio intercala piezas menores y más desconocidas. pero qué coño. lo que vi en el circo price fue impresionante. y verdaderamente entrañable. salvo porque había llevado a sobrinas de corta edad a ver un espectáculo de circo, era mi primera vez en este sitio para ver un concierto. las entradas eran de grada y a media altura, pero centradas. y he de decir que la visibilidad era perfecta y el sonido también. muy malo tenía que ser el sitio y el técnico para no sonorizar bien una voz, una guitarra y un piano. serrat sale a un escenario casi desnudo: un piano, una guitarra y una mesa con una botella de cava y un par de copas para ir enjuagando y refrescando el gaznate. y plantea el espectáculo como una pequeña representación sobre la que va intercalando canciones. no se trata de un storytelling de éstos en los que cuenta su carrera, no. de hecho las historias que relata son de aquí y de allí, de entonces de más entonces y de ahora. y todas son divertidas, emocionantes e interesantes. y las cuenta de miedo. es un gran actor. se hace el tonto muy bien. y con el leitmotif de los proverbios orientales va encadenando sonrisa tras sonrisa en el espectador. la media de edad era la edad media, que dijo aquel. y sentí algo que hacía tiempo no sentía: ser de los más jóvenes de la parroquia. y me gustó. me da rabia ver a cantantes de sesenta o más tocando para los de su edad con el único aliciente de la nostalgia, destrozando canciones que fueron grandes, obviando lo que fueron en su día y hoy ya no son. sin embargo en este concierto de serrat no encuentro ni un ápice de esta pretensión. y es lo que me gusta. no soporto la autocomplacencia y hoy en el circo price no hay ni una pizca. lo que hay sobre el escenario es un señor mayor de espíritu eternamente joven, de humor deudor del mejor gila, modesto, escritor de algunas de las mejores canciones y letras en castellano hasta la fecha pero también capaz de escribir historias sobre cosas que otros no sabrían ni hacer una redacción en mala prosa. reconozco que no he escuchado ni bien ni mal los discos de serrat de los últimos casi veinte años. y por eso me sorprendo ante composiciones tan interesantes como algunas de las que hoy interpreta: sí, vale, no tienen la emoción de pueblo blanco, mediterráneo o la balada de otoño, pero demuestran que serrat es un trabajador incansable, que busca inspiración (y la encuentra) en el día a día que además lo hace casi siempre con una acertadísima puntería. en mi opinión el punto más flaco de sus últimas composiciones (desde hace ya mucho tiempo) son las melodías y los arreglos. melodías que no tienen demasiada magia ni emoción y arreglos muy alejados de la desnuda sencillez del principio o de la apabullante orquestación de finales de los sesenta o setenta. no sé por qué la generación de mis padres, a la que serrat pertenece, huye de aquellos arreglos, tan maravillosos como yo siempre los he considerado. no es el único, le pasa a mucha gente de aquella época. mi teoría es que nunca tuvieron muy presente el norte del buen gusto musical y que si a mí todo aquello me gusta tanto es porque aprecio la calidad y el buen gusto pero que ellos solo se dejaron llevar por lo que la moda musical decía que había que hacer: por eso han intentado adaptar su cancionero a lo que parecía llevarse en cada momento (los ochenta, o quizás quedarse en los ochenta) y ahí es donde se produce una divergencia mayor entre lo que yo considero es el buen gusto musical y el malo, el modernillo, el contaminado por tecnicismos que más que ayudar avejentan algo pretendidamente futurista que en poco, muy poco tiempo, se convierte en antediluviano: amigos, una guitarra de palo o una orquesta e cuerda está hiperdemostrado que soportará absolutamente todo: cosa que no podemos decir de unos arreglos de sintetizador de los años ochenta. pero esto es solo una opinión.

me quedo con el momento en que hizo el romance de curro el palmo: tenía muy presenta yo en ese momento la versión de antonio vega, que había muerto días antes. serrat ni le mencionó. supongo que porque al 95% de los presentes tampoco les fuera a decir mucho el nombre del madrileño. y me quedo con esa sana intención de agradar, saliendo a hacer hasta dos bises, cantando lo que la gente quiere oir, y cómo lo cantó. me huelo que serrat está a punto de dejar esto de tocar en escenarios. no es que lo haya leído ni se lo haya oído, pero me huele. por eso no quería perderme esta oportunidad. y salí con una sonrisa de oreja a oreja. por cierto, que en el hall del circo, un tenderete vendiendo todos sus discos en cd... como si saliera de siroco. me encantó. y una recomendación: si queréis recuperar la obra de los sesenta y setenta de serrat, acudir a comprar de importación todos sus discos re-editados en argentina: terminan saliendo mas baratos y las ediciones son más que dignas. curioso.

cambiamos de tercio y nos vamos a ver a una de las lumbreras del indie americana o americana más indie: the grand archives. dejamos el teatro (o el circo) por un bar, el moby dick, especialista a subir a su escenario a grupos americanos de este pelaje. the grand archives es el grupo de uno de los dos cabecillas de band of horses, banda de referencia del indie americano del que no tengo ni un solo disco y a quienes no he oído nunca. mis amigos se ríen de mí y me animan a que lo intente, que me van a encantar... de momento sigo igual. a ver si me decido por darme de bruces con alguna de sus grabaciones. de momento, hablamos de the grand archives. bajo este pedante nombre se esconde una banda de cinco hirsutos norteamericanos liderados por un tipo delgado, alto y distraído a la guitarra y voz principal. la banda la completan otro guitarra, un bajista y u batería. en el disco, de reminiscencias sesenteras californianas hay muchos más instrumentos. en directo, suplen la ausencia de matices instrumentales con oficio y altas dosis de eso que se llama capacidad de emocionar. el cantante principal apenas habla con el público, no así el resto de la banda, que no para de declararnos lo contentos que están de habernos conocido, haber venido a españa y estar tocando para nosotros. the grand archives solo tienen un disco. y qué disco. de lo mejor del pasado año. de letras poéticas, voces dulces, estribillos pegadizos y sobre todo tiempos medios, cálidos y clase, mucha clase. son para mí un cruce perfecto entre mojave 3 y los boo radleys más poop, aunque sea una definición algo desconcertante para el lector. teniendo un solo disco y además de una duración de ésas de las de antigua usanza (vamos, que no graban y graban hasta agotar los 74 u 80 minutos de capacidad del cd), el repertorio no puede ser demasiado extenso así que hacen el concierto perfecto: casi todo el disco, un par de canciones de lo que será su nuevo disco (después del verano), una versión de dylan... y para empezar, esa maravilla que se llama "miniature birds"

hubo teloneros para the grand archives: the wooden birds. pero solo pude ver una canción, porque llegué tarde, muy tarde. y eso que mi intención estar allí desde que abrieran las puertas pero, claro, cuando uno tiene que volverse a casa desde el local del concierto porque se ha dejado la entrada encima de la mesa...


1 comentario:

Jose Luis POP dijo...

Bien. Bien. Me alegra que retomes la actividad reporteril...
Es verdaderamente cómodo saber lo que se cuece en los diversos garitos de esta ciudad sin necesidad de salir de casa.
Uno..., que está mayor...