sábado, 31 de mayo de 2008

the clientele y matt elliot en el neu club, madrid

dentro del aniversario de un sello discográfico del que apenas he comprado nunca casi ningún disco y al que no he seguido mucho, acuarela, se programaba el pasado domingo 25 de mayo el concierto de uno de los grupos que más me ha gustado en los últimos tiempos: the clientele.

había poco público y la sala presentaba su configuración habitual de sillas y mesas, cervezas y panchitos. me hice con un buen sitio aun habiendo llegado cinco minutos antes de que el concierto empezara (y es que ir a verles, a pesar de mis ganas, fue una decisión de muy última hora: mis razones tenía para esto, creedme).

the clientele empezaron como trío pero hoy, con la incorporación de una chica a los teclados, violín y ocasionales coros y percusiones, son un cuarteto. son sosos, muy sosos. no hablan casi con el público y sus canciones no son festivas ni incitan a bailar la conga así que, salir como salí de la sala después del concierto, entusiasmado, les hace absolutos responsables de un inmenso mérito.

mi acercamiento a the clientele ha sido raro y muy reciente. empecé por sus primero y segundo discos, en este orden, hace unos meses y por recomendación de dos amigos. el primero es una recopilación de singles y EPs. el segundo ya es un disco de estudio pensado completo. el tercero no lo tengo. y al cuarto entré por un EP editado con uno de sus hits más claros: "bookshop casanova". este cuarto disco lo conseguí a la salida de su concierto y hoy, casi dos semanas después de la actuación he de decir que es, de todos los discos de the clientele que tengo, el que más me gusta. suena mucho mejor, tiene canciones menos oscuras y a veces unos arreglos preciosistas de cuerdas del ya clásico louis phillipe que me encantan.

the clientele en directo solo tocaron 45 minutos. una pena. pero era un concierto de tres grupos y no había tiempo para más. por cierto, que a la primera banda de la noche me la perdí. empezaron con reflections after jane, de su primer disco. preciosa. y comparar el sonido en directo con el sonido casi maquetero de sus primeras grabaciones me hizo muy rápidamente comprender que iba a disfrutar de un concierto soberbio. bajo y batería comedidos, piano o violín en segundo plano y protagonismo casi total para un guitarrista excepcional de curiosa técnica, que toca con los dedos y que saca con su telecaste y su vox ac30 uno de los sonidos de guitarra con vibrato y tremolo más bonitas que jamás haya escuchado. de voz susurrante, los coros de la chica apoyan prodigiosamente en los estribillos. pop de muchos quilates, delicadez extrema. un concierto redondo. absolutamente redondo. un par de días después tocaron en el café de la palma pero no pude ir a verlos. una pena porque debieron hacer algo más acústico y quizás cambiaran el repertorio.

matt elliot se presentó en el escenario él solo. un tipo grandón con una espantosa camiseta y vaqueros y que repitió una tras otra la misma técnica del loop que ya vimos en gente como andrew bird (o incluso en un artista callejero en londres...). con guitarra española y voz, comenzó con una canción que recordaba al mejor leonard cohen. claro, que con habilidad fue superponiendo pistas una tras otra y terminó creando una piez de casi 10 minutos que, sinceramente, se me hizo un poco infumable. utilizó el mismo tipo de loops en todas las canciones que hizo. tocaba, grababa, reproducía, mientras tocaba lo siguiente y lo volvía a grabar y a reproducir y así casi hasta el infinito. se agachaba sobre sus innumerables pedales para generar ruído, desfases... debe ser dviertido hacerlo, pero no tanto verlo. se me hizo un poco largo. aparte de que la interacción con e público fue un tanto penosa, tratandonos con algo de desdén... no me convenció. y eso, ya digo, que desnudando las canciones de tanta aparatosidad, alguna que otra era realmente bonita.

glutamato ye-ye y juanita y los feos en joy eslava, madrid

ostias, glutamato ye-ye. así rezaban los carteles anunciando su concierto del pasado viernes 23 de mayo en madrid. nada más gráfico para expresar el grado de sorpresa de todos aquellos que se divirtieron con ellos hace más de 20 años. sorpresa porque a diferencia de muchos otros grupos de los años 80, glutamato apenas había vuelto a aparecer en los escenarios desde que decidieran despedirse del asfixiante mundillo discográfico allá por el año 1987. y glutamato también es uno de esos grupos a los que quizás solo los muy fans siguieran recordando por mucho más que "los negritos", "la nevera" o "corazón loco", que es lo que han ido colando uno tras otro en los innumerables descaradamente comerciales recopilatorios recordando la música elaborada por un determinado sector de la juventud española que lo fuera en aquellos hoy ya lejanos y míticos para muchos años 80. esperaba yo en la puerta de la sala joy eslava y una pareja de casi cuarentones pasaba caminando por la puerta de la sala arenal cargados con bolsas de "el corte inglés". él detuvo de repente sus pasos y dijo: "hostias, glutamato ye-ye". ella respondió: ¿y esos quién son? lo gracioso del asunto es que en la puerta de la sala joy no había un cartel promocional del concierto de glutamato en el que él hubiera leído la palabra "ostias". no. es justo lo que le salió de dentro cuando en el cartel-agenda de conciertos de la propia sala vio que esa misma noche, unos pocos minutos más tarde, glutamato ye-ye actuaban de nuevo. una vez más, glutamato conseguía hacer de algo suyo casi un slogan.

me pillaron muy pequeño pero puedo perfectamente recordarme en sexto de egb volviendo a casa del colegio y escuchar en la radio siempre puesta de la habitación de mi hermana mayor cintas de casete grabadas y principalmente esa hace ya tanto tiempo infame emisora llamada los cuarenta principales. entonces, en esta emisora podías escuchar por igual a lionel richie, a foreigner o a glutamato ye-ye, ciudad jardín, nacha pop, los secretos o barón rojo. y me recuerdo perfectamente jugando a las chapas arrastrándome por el suelo de mi habitación canturreando "todos los negritos tienen hambre y frío"... ¡quién me iba a decir a mí entonces que 25 años después patacho, alma junto al polifacético iñaki de glutamato ye-ye, me iba a confiar, junto al resto de miembros del grupo que una vez fuimos los happy losers, los coros de hasta 5 canciones de su concierto de regreso puntual a los escenarios! pues así fue. y he de decir que aunque nuestras azarosas vidas y compromisos familiares y laborales nos lo pusieron realmente complicado, que aunque nunca llegamos a ensayar con iñaki cantando (y entiendan que si de lo que se trata es de ensayar armonías vocales es muy recomendable ensayar con el cantante al que debes arropar...), que a pesar de incluso personalmente no poder acudir a la siempre recomendable prueba de sonido... he de decir que creo que no lo hicimos nada mal. al menos divertirme me divertí como casi nunca en un escenario, liberado de la tensión que supone estar en primera línea de fuego y haciendo el tonto como si nos fuera a todos la vida en ello. y es que ya lo dice patacho: ¡esto es glutamato, aquí vale todo! y no confundirse, que eso no quiere decir que la banda no fuera ensayada, desafinara e hiciera el ridículo: todo lo contrario. cuando el trío base está formado por gente con tanto oficio a sus espaldas como charlie "elegantes", fino "enemigos-clovis" y el propio patacho es casi imposible que las cosas salgan mal. por cierto, que me decía patacho que por glutamato pasaron en su día hasta casi cien personas diferentes: ¡que incluso hubo una gira en la que sustituyeron a iñaki por un imitador de cantantes que era capaz de hacerlo igual que él y que hasta incluso una vez tocaron sin patacho: algo que al propio señor recio no le hizo ninguna gracia, supongo! de esos cien, fino y charlie fueron dos fieles representantes aunque charlie nunca llegara a tocar con ellos. eso sí, incluso el omnipresente josele santiago (¿por qué será?) empezó con ellos y salió en los bises como muestra de la pléyade de músicos que integraron algún día la banda. y hasta patacho tuvo ese detalle que le honra de invitar a su "backstager", el goma, a unirse a la banda en el despiporre final de bises. e incluso a juanita y sus feos, que habían ejercido de muy dignos teloneros cuando la sala aún estaba un poco fría y que se morían por salir al escenario cuando la traca final de "canta con nosotros" hizo que nos volviéramos locos y al calor y estruendo del "na-na-na-ná" del público bailáramos hasta darnos en la cabeza con un telón que, me temo, ni los de encima del escenario ni los de abajo del público querían que bajara. esta conga final fue la demostración más evidente de que el concierto fue brillante, que la abarrotada sala se lo pasó en grande... y de que glutamato, ahora que han saltado esa pequeña barrera que es enfrentarte a un repertorio de hace 25 años o más, se decidan a aceptar las múltiples, seguro, ofertas de conciertos por aquí y por allá.

entre medias de todo esto, claro está, el concierto. abrieron juanita y los feos. unos cramps a la española. muy bien tocado todo. con una juanita acertadamente chillona pero a la que era difícil entender las letras. con unos juegos de guitarras realmente trabajados. y unas canciones que a veces eran más pop (fueron mis favoritas) y otras eran más garajeras. estuvieron muy bien. gustaron. a juanita igual le falta un poco de movilidad en el escenario... pero claro, esos taconazos deben darse de leches con los saltos, brincos y demás vistosidades cara al público. casi para despedirse, un hombre en mi nevera, de glutamato.

glutamato, ya digo, en formato trío, con patacho cargado de guitarras: firebird, telecaster, rickenbacker... y cargándose la responsabilidad de llenar todos esos huecos donde naturalmente la contundente y rápida batería de charlie y el bajo de fino no llegaban. lo hizo muy bien. a veces se quedaba la cosa un poco sosa. una segunda guitarra hubiera llenado todo mucho más. pero esto apenas fue cosa de un par de canciones. iñaki al frente, hoy con un parecido a lo lejos a antonio flores, por el pelo laro y lacio y la tostada piel. sin bigote de ningún tipo. con su cara de guasa. cantando como nunca. entrando y saliendo de escena y cambiando de vestuario: su traje y corbata rosa fue dando paso a un look más camisetero. no hubo espacio para disfraces ni patas de gallo. se lanzó en varias ocasiones al público y cantó entre ellos (e hizo cantar a más de uno). genial. el repertorio fue largo pero no se hizo largo. hubo tiempo para los grandes clásicos, dabuten, corazón loco, comamos cereales, hey tío... los negritos, claro, y mi favorita de la noche: la balada de karen kirlian, canción que desconocía hasta entonces y que hoy ya se encuentra entre mis favoritas de su repertorio.

¡toma glutamina, se te alargará la vida!


sábado, 10 de mayo de 2008

james (y jonston) en la sala la riviera, madrid

no vi más que cuatro canciones de jonston. el sonido no fue bueno. una pena. ellos tocaron muy bien. ocupando una pequeña parte del escenario para no molestar demasiado a los protagonistas de la noche. no les vio mucha gente porque aunque las puertas abrieran a las ocho nadie aún se cree que en este país los conciertos puedan empezar a una hora temprana (una pena, sin embargo).

james se hicieron esperar. la sala ya estaba llena y hacía calor. estaba cansado y por momentos empezaba a dudar de si había sido buena idea venir a verles. no tenía referencias de su concierto del año pasado en el festival summercase. tampoco he escuchado ningún disco suyo desde "laid". de hecho para mí james, que llevan en activo desde posiblemente el año 1981, son básicamente tres discos de la primera mitad de los años noventa. tres discos que coinciden con mi época de estudiante universitario: gold mother, seven y laid. tres discos memorables, sobre todo el último. nunca he encontrado a nadie en mi círculo de amigos apasionados por la música a los que james le hayan llamado la atención. raro. supongo que por alguna razón a mí sí me gustaban. y no sé cuál es. gold mother era como el despertar a aquel maravilloso sueño que fue madchester. con ecos todavía de aquellos sonidos medio bailables medio hipnóticos que mejor que james capturaron gente como happy mondays. seven fue el disco que les llevó a ser reconocidos mundialmente pero también recuerdo que fue el disco al que más maltrató la crítica de la época: nadie les perdona la ampulosidad, el sonido estadio, el que en algunas canciones recordaran a los simple minds más grandilocuentes, el que fueran siempre buscando el estribillo coreable en masa por hordas de fans hipnotizados: sin embargo a mí me parece que sus letras y sus canciones son perfectas. identifican un momento de mi vida y, tal como desvelaré en unas líneas, me siguen pareciendo absolutamente arrebatadoras. hoy soy sincero. y ya no tengo que justificar absolutamente nada. sé, después de haberles visto con el paso de los años, que aquellas canciones me siguen pareciendo muy buenas. laid fue el experimento. brian eno debió encontrarse con un grupo muy sólido con una enorme capacidad para la improvisación y les ayudó a hacer un disco que para mí es uno de los mejores momentos de los años noventa. luego, les perdí la pista. recopilatorios, discos experimentales, grabaciones en directo... tom booth en solitario con, glups, angelo badalamenti... ese poso new age (que no new wave) que tenían acabó con mis ganas de acercarme a nada más de lo que quisiera que hicieran. y me olvidé de ellos. hasta hoy.

un escenario sobrio, con una iluminación sobria. salen los siete componentes de james y, vaya, tim booth aparece con muletas. si algo debe tener tim en directo es una irresistible necesidad de no quedarse quieto: pues bien, hoy me temo que va a tener que sufrir sentado en una silla y el resto vamos a tener que sufrir por verle sentado en una silla. la banda, parece ser la de siempre. james creo que siempre han sido seis o siete. nunca me ha quedado claro. llaman la atención varias cosas a lo largo del concierto. tim sentado. tim absolutamente calvo. con perilla. delgado, muy delgado. con un traje de pantalón y chaqueta medio circense medio "pijama". y una horrible camiseta negra con dos pechos de mujer pintados en ella. batería en pedestal, correcta. un bajista que yo sospecho no sea miembro de toda la vida de la banda. juega a estar en un segundo plano. lleva un bajo que si bien es de cuatro cuerdas, utiliza como si fuera una guitarra. me da un poco de repelús el bajista de maneras guitarreras jazzeras. prejuicios. este hombre toca como quiere y lo que quiere. no es mi ideal de bajo en un grupo de pop... pero tampoco james son el grupo de pop al uso. de las dos guitarras, a la derecha el solista parapetado tras unas gafas de sol y un gorro que disimule otra buena calva. y a la izquierda, el que hará las veces de animador en ausencia de tim: guitarra acústica de doce cuerdas, eléctrica, ocasional segunda batería sin bombo y violín. por último, y vistiendo un floreado vestido de mujer encima de unos pantalones vaqueros, el trompetista y ocasional corista y hacedor de ritmos, ruídos y alguna cosa más: no para de paserse por el escenario. es una especie de histriónica "millán martes y trece" que en más de una canción solo toca la pandereta y baila al estilo de aquel bailarín que llevaban desde el principio happy mondays. atrás, discreto y creando colchones sonores de teclado y de vez en cuando pianos de acompañamiento, el teclista.

abren con "born of frustation", quizás la canción más "simple minds" que nunca escribieran. y el aforo entero la corea. el sonido al principio no es bueno pero va mejorando poco a poco. al final no es brillante y se pierden muchos matices, sobre todo los coros, la trompeta cuando tiene que sobresalir del muro que crean el resto de los instrumentos y el teclado. aún así, es más que decente para el jaleo que se monta en determinados pasajes de las canciones.

seven creo que es el disco del que tocan más canciones. a la mencionada anteriormente le seguirán sound, seven, ring the bells... de laid solo tocan out to get you y sometimes (de penúltimo bis). una pena que no le den más chance. mi momento favorito de todo el concierto es "out to get you": ese tipo de canción que va creciendo desde casi la nada. es el único momento en que se me ponen los pelos de punta. esperamos sit down con emoción pero decepciona muchísimo. para tocarla despacio e introducida a modo piano bar mejor no tocarla: el respetable no opina lo mismo pero a mí me parece falta de gracia: quizás llevar casi veinte años tocando este himno que es sit down en el reino unido no les apetezca mucho. creo entender a tim que lo tocan como guiño al hecho de que hoy tenga que cantar sentado, que llevan años sin interpretarla. pero puede que no diga esto. el sonido de esta sala es malo incluso para pillar algo dicho por el micrófono. y no creo yo que fuera el inglés, que al cantante de jonston apenas le entendía lo que decía entre canción y canción. uno de lo momentos álgidos sin embargo en "tomorrow". sometimes empieza muy bonita, con una única guitarra eléctrica haciendo un precioso arpegio para luego entrar en esa espiral de acústica y coros. la acaban en un interminable estribillo que termina cantando solo el público. invitan a subir a la gente al escenario y se llena de gente que baila con la pieza final. el grupo parece sinceramente agradecido por la calurosa acogida que ha tenido el concierto.

por momentos el concierto se hace duro porque james es un grupo de músicos que tocan música sin conectar demasiado con el público. si tim está sentado y jodido por ello, el contacto, tan básico en cualquier concierto, se hace más y más complicado. lo bueno de un repertorio plagado de hits es que basta con tocarlos con una sonrisa en la cara y agradeciéndole a la gente el aplauso para meterte al respetable en el bolsillo. y ellos lo consiguen. por este lado, hay que reconocer que james lo hicieron muy bien.

me quedo satisfecho por haberles visto por fin. tim canta como nunca (y no es fácil cantar como él lo hace).

the fleshtones en la sala la boite, madrid

no es lo mismo escribir horas después de un concierto que hacerlo días después. pero no he encontrado el momento de ponerme a teclear para dejar constancia del paso de los fleshtones por madrid.

asignatura pendiente desde hace más de quince años, la primera vez que oí hablar de ellos. ya por entonces los fleshtones debían llevar otros tantos años de dilatada carrera dedicada en exclusiva a lo que han estado haciendo desde finales de los setenta: una música de garage emparentanda con el rock and roll, el soul y con un toque irresistiblemente pop envuelta en una puesta en escena absolutamente gamberra, desenfadada y ultradivertida. ahora que les veo me tiro de los pelos por no haber acudido sin duda a todas y cada una de las actuaciones que han hecho en madrid los últimos treinta años. a partir de ahora procuraré no perdérmelos.

me cuentan que siempre han hecho lo mismo. que a veces son más poperos, otras más souleros, otras más salvajes. esta vez, creo, tocan gran parte de su último disco y los números garajeros sixties son los que predominan. multitud de canciones construídas a partir de ese riff de guitarra que infinitas canciones ha proporcionado (what i like about you), esencia blues brothers y una banda que casi ha sido la misma desde el principio (algo a tener muy en cuenta).

lo primero que sorprende es que toquen en la sala la boite. no tengo nada en contra de este sitio, todo lo contrario: este último año he estado aquí un montón de veces y a pesar de ser pequeña y a priori no demasiado preparada para los conciertos de rock el sonido es casi siempre mucho más que decente y la cercanía a los músicos es todo un punto a su favor. mi sorpresa lo es porque estoy seguro de que en la sala el sol hubiese entrado mucho más gente, incluso en, ¿por qué no?, la sala la riviera. hubiera sido una fiesta mucho más multitudinaria. estoy seguro de ello. aunque se me tilde de optimista por eso de que los fleshtones ni hoy ni nunca han sido ni un grupo de culto ni un grupo de masas. creo que más de uno se quedó sin verles... espero que vuelvan.

una de las cosas que más gracia me hicieron fue que el cantante, peter zaremba, y el guitarrista keith strength estaban esperando al bajar las escaleras para saludar personalmente a todos y cada uno de los asistentes al concierto. nos daban la mano, nos daban las gracias por la visita y nos decían algo así como pónganse cómodos y prepárense para disfrutar de una buena. parecían predicadores a la puerta de la iglesia dando la bienvenida a los feligreses un domingo cualquiera en un pueblo cualquiera de un estado cualquiera de esos estados que se llaman unidos de américa.

tras una espera en la que veíamos a los músicos paserse entre la gente y el escenario tratando de calentar el ambiente, aperecieron en escena peter zaremba y keith strenght, dando a entender que aquello empezaba. se presentaron como los fleshtones originales y dieron paso de una manera muy teatral al batería, que debe llevar con ellos casi desde el principio y al bajista, incorporación, por lo que dijeron, algo más tardía pero absolutamente fundamental desde hace más de tres lustros. ya estaban todos preparados. peter zaremba al micro y un órgano ladeado... por lo que me han contado, poco a poco peter ha ido dejando el protagonismo que antaño tuviera el órgano para centrarse en la voz y esas maravillosamente tocadas armónicas. no obstante, de vez en cuando agarraría el órgano y lo machacaría como debe ser tocado un órgano en un grupo de garaje: con una sola mano en las teclas, la otra señalando al cielo (o al infierno). keith strenght llevaba un jak inalámbrico que le hacía posible el ir y venir de un lado a otro del pequeño escenario. estaba claro que se le iba a hacer mucho más pequeño y por eso empezó subiéndose en los bafles, las plataformas y al poco decidió tocar desde todos los rincones de la sala, mezclado por el público. de vez en cuando llevaba la voz cantante. vaya tipo. vaya gorra. vaya caras que ponía. y que bien tocaba. el bajista no les iba a la zaga y mención especial para un impresionante batería. vaya pegada y vaya manera de controlar lo que aparentemente debe ser casi imposible de controlar. genial. musicalmente son una apisonadora. y encima es que cantan muy bien. peter es un showman. se contorsiona. se mete entre las cabezas de las primeras filas. grita, gime, susurra. maravilloso. no paré de menear pies, piernas, manos, brazos y cabeza en la poco más de una hora que duró todo. pero es que además tuvieron tiempo para desafiar a flexiones a aquel que se atrevió y pude ver con mis propios ojos como peter se hacía diez flexiones a sus cincuenta y tantos mientras seguía el ritmo de la canción y cantaba cuando le tocaba. keith no paraba de pegar imposibles saltos: supongo que habrá siempre tenido huesos de goma porque de verdad que impactaba ver tal agilidad en una persona de su edad. gesticula como pocas veces he visto. muy muy muy divertidos. y musicalmente, sus canciones son dignas herederas de todo el garaje sesentero, de las canciones de grupos de chicas, de incluso el surf vocal más primario. no hay tiempo para blues o delicadezas más sentidas. no. aquí todo es velocidad y sensación de fuerza. acabaron el concierto tocando entre el público, llegando a la entrada de la sala tras sortear a la marea humana que no paraba de bailar y saliendo a la calle con la caja, el bajo, la guitarra y un micro que desafortunadamente dejó de funcionar en un momento del camino hacia la calle del carmen. se encendieron las luces. la fiesta había acabado. increíble. no había visto nada tan curioso nunca. me dejaron una cara de radiante felicidad. y en el resto de los asistentes yo juraría que pasó lo mismo. mención especial a mi amiga lucía, una de, ahora, las jennys de arroyoculebro, que ni corta ni perezosa accedió a enfundarse la guitarra de keith en un momento dado y estuvo, estoicamente, tocándola (y me consta que no sabe tocarla) mientras keith, peter y demás hacían flexiones entre el público o nos desafiaban a echarles un pulso. bravo por lo fleshtones. nunca más volveré a perdérmelos. me preguntó qué bien hubiera estado verles en el escenario del cultura pop de san blas en lugar del fiasco de tv personalities.