han editado en CD después de años de leer sobre él y no haberlo podido escuchar nunca, "pacific ocean blue", el disco en solitario de dennis wilson, el batería de los beach boys. la edición en CD doble es maravillosa. estoy ya degustándolo por primera vez. tenía que decírselo a alguien. escribirlo en esta breve reseña era lo más rápido dado que me encontraba delante del ordenador.
jueves, 19 de junio de 2008
lunes, 16 de junio de 2008
sidonie y pereza en la plaza de toros de las ventas, madrid
mal está que lo diga un periodista musical pero yo, que solo aspiro a dejar para mí mismo un recuerdo de cuanto he podido ver y oir en esta mi vulgar vida, me puedo permitir el lujo: me daba mucha pereza ir a ver a pereza. y no hablo de que tuviera ganas de quedarme en casa después de una azarosa semana de trabajo y viajes, no. sencillamente hablo del hecho de que pereza es un grupo al que nunca había prestado demasiada atención. que las canciones que había escuchado de ellos (en algún vídeo musical en algún canal un día, en el coche de un amigo otro día, en cas de mi sobrina otro) no me habían motivado... hasta que repentinamente aparece por casa su última grabación, aproximaciones y... caramba, esto no está nada mal. experto en desayunarme mis prejuicios, no dudé en pinchar hasta la saciedad canciones como "estrella polar", "beatles", "margot" e incluso la propia "aproximaciones". me encantaron. reconozco que hay un lado del grupo al que no profeso demasiada simpatía, y es ese lado más burning que la verdad nunca me hizo mucha gracia ni en los propios burning. pero salvando estas sencillas distancias, he de decir que aproximaciones me parece un disco muy digno, hecho por gente que ama la música y que además es mucho más que solvente: la simple lectura de los créditos demuestra que el propio leyva es no solo un gran compositor, cantante y guitarrista sino que también es un gran batería y bajista. en fin, músicos como la copa de un pino trabajando en un proyecto en el que ellos sí que creen para llegar a ser lo que querían ser cuando empezaron. y me da la impresión de que el pasado viernes en la plaza de las ventas consiguieron exactamente lo que estaban buscando. algo tan legítimo como el que miles de personas se rindan a ti en un sitio tan significativo para un madrileño como es la plaza de toros de las ventas. el abrazo en el que se fundieron rubén y leyva al finalizar, arrodillados, diciendo lo hemos conseguido, pasará a su personal historia como el momento en el que llegaron a su cima. seguro que en el futuro harán conciertos más multitudinarios y seguro que venderán más discos porque han sembrado tanto y durante tanto tiempo que ahora solo con mantener el nivel de calidad instrumental, de calidez y de composición su éxito se multiplicará casi solo.
pero empecemos por el principio. y es que yo nunca jamás había entrado en la plaza de toros de las ventas. los toros no me gustan. respeto la afición y podría incluso gustarme pero siempre he preferido mantenerme alejado de algo en lo que la muerte está tan presente, no solo para el toro sino para el hombre. el mero hecho de poder ser conscientemente testigo de una muerte es demasiado para mí. así que, ni ésta ni ninguna otra plaza me verán el pelo salvo que... organicen un concierto en ella y salvo que me inviten a ir a verlo. algo incómodo es estar sentado en un tendido diseñado para el español medio de hace cincuenta años. no sabía donde meter mis largiruchas piernas para no dar con la espalda del que tenía delante (este problema creo que no lo tenía el colega que tenía detrás de mí, al que mi espalda le resultó de lo más mullidita: qué jodío). pero sobre todo es que ver un concierto de rock and roll sentado o semi estático y a tanta distancia no motiva lo más mínimo. porque además uno acaba viendo el concierto por la pantalla gigante... y se pierde parte del calor que siente al estar cerca del escenario, del sudor, de las vibraciones que sacuden desde los amplificadores que hacen vibrar a los propios músicos. con todo esto, sidonie lo hicieron tremendamente bien en su función de teloneros. gran parte del público era aún adolescente. seguramente no conocieran a sidonie. y seguramente al día siguiente el emule echara chispas mientras estos chavales se bajaban el costa azul o el fascinado. no es de extrañar porque sidonie, a diferencia de lo que aconstumbraban a hacer hace casi diez años, ahora se toman así mismos muchísimo más en serio. en directo son cinco, llevan apoyo de una segunda guitarra y un teclista. suenan muy potentes, aunque el sonido durante todo su concierto no fue bueno. se entendían las letras entre el follón. paradójico que ofrecieran su actuación a sus técnicos... una pena que quizás no pudieran haber probado sonido. no lo sé. tiraron de su repertorio más cercano: la costa azul y fascinado, sobre todo el primero. plantean el concierto (de más de 45 minutos) muy bien. una mitad o más de la mitad divertida pero centrada, canción tras canción, muy bien tocadas, muy bien cantadas, enganchando hasta que llega el turno del sidonie goes to... y empiezan a desbarrar con el bajista al sitar, el guitarrista al bajo, el batería a la batería en el frente del escenario. a partir de ahí la cosa se desmadra. vuelven al orden de vez en cuando y uno se da cuenta de que poco a poco se han ido haciendo con un repertorio afortunadísimo. hay poco lugar para el inglés pero no desentona para nada el "on the sofa", la vibrante canción con la que casi cerraron su etapa anglófila. para casi terminar, sidonie cantan para ti, con carlos cross y su potentísima voz soulera al micro, presentado a toda la banda. a mí esto me pareció algo excesivo y largo. creo que debieran haberlo hecho más corto. con todo y con eso, el concierto, con la excepció del pobre sonido, fue muy bueno. unos muy dignos teloneros. yo que ya me temía que les limitaran el sonido, que nadie les hiciera ni caso.
caía la noche y las pantallas ya dejaban ver el escenario a todo color cuando salieron pereza al escenario. se marcaron varios rocanroles todos seguidos, marca de la casa. uno tras otro. sin tregua. un concierto larguísimo, casi dos horas y media, en el que los tiempos estaban muy bien medidos y pensados. las canciones más conocidas, más coreables fueron repartidas de manera muy equilibrada. y hubo momentos de todo tipo. apenas hablaban entre canción y canción pero cuando lo hacían se les veía, en su forma se ser, muy emocionados. aún así, y habiendo reconocido varias veces estar cagados de miedo, no se les notó. tocaron muy bien. sonaron (a partir de la media hora) muy bien. y se les notó disfrutar y mucho. yo, que no soy muy fan, solo puedo decir que, si bien el concierto se me hizo un poco largo, me llevo muy buen recuerdo de él. hubo momentos muy curiosos. el cantante y el bajista de sidonie salieron a escena para cantar a cuatro voces con rubén y leyva el nowhere man de los beatles casi a capella para dar comienzo a "beatles", ese estupendo medio tiempo de su último disco y que leyva presentó haciendo referencia al concierto de los fab four hace 43 años en este mismo escenario. la presentación de la banda, de nuevo laarguísima, con un rubén en plan superstar, interpretando esa canción que en este contexto hasta me pareció graciosa, "groupies". los guiños a los stones, a los purple, a los piratas... reconociendo de donde vienen y con quien van. la banda es muy buena. el teclista hace coros, el batería es un reloj. el percusionista a veces parece un segundo batería. el bajista las clava y sigue todo desde una respetable segunda fila. y rubén y leyva en el frente van dejando caer una tras otra sus canciones, casi siempre cantadas a dos voces, rubén la baja, leyva la alta. leyva es más pop. rubén más rock. leyva es más saltarín y vacilón. rubén más serio. se cruzan los punteos. incluso, al estilo de los grupos surferos ejecutan el número de tocar con la diestra la guitarra propia y con la zurda la guitarra del otro. y les sale muy bien. una pena el saxofón, que apenas sale en la mezcla. el público entregado y ellos encantados. llenazo en las ventas. y ahora, a seguir la gira y a pensar en el siguiente disco. yo, a buscar las canciones que más me gustaron y que andarán dispersas entre sus muchos discos que no tengo.
pero empecemos por el principio. y es que yo nunca jamás había entrado en la plaza de toros de las ventas. los toros no me gustan. respeto la afición y podría incluso gustarme pero siempre he preferido mantenerme alejado de algo en lo que la muerte está tan presente, no solo para el toro sino para el hombre. el mero hecho de poder ser conscientemente testigo de una muerte es demasiado para mí. así que, ni ésta ni ninguna otra plaza me verán el pelo salvo que... organicen un concierto en ella y salvo que me inviten a ir a verlo. algo incómodo es estar sentado en un tendido diseñado para el español medio de hace cincuenta años. no sabía donde meter mis largiruchas piernas para no dar con la espalda del que tenía delante (este problema creo que no lo tenía el colega que tenía detrás de mí, al que mi espalda le resultó de lo más mullidita: qué jodío). pero sobre todo es que ver un concierto de rock and roll sentado o semi estático y a tanta distancia no motiva lo más mínimo. porque además uno acaba viendo el concierto por la pantalla gigante... y se pierde parte del calor que siente al estar cerca del escenario, del sudor, de las vibraciones que sacuden desde los amplificadores que hacen vibrar a los propios músicos. con todo esto, sidonie lo hicieron tremendamente bien en su función de teloneros. gran parte del público era aún adolescente. seguramente no conocieran a sidonie. y seguramente al día siguiente el emule echara chispas mientras estos chavales se bajaban el costa azul o el fascinado. no es de extrañar porque sidonie, a diferencia de lo que aconstumbraban a hacer hace casi diez años, ahora se toman así mismos muchísimo más en serio. en directo son cinco, llevan apoyo de una segunda guitarra y un teclista. suenan muy potentes, aunque el sonido durante todo su concierto no fue bueno. se entendían las letras entre el follón. paradójico que ofrecieran su actuación a sus técnicos... una pena que quizás no pudieran haber probado sonido. no lo sé. tiraron de su repertorio más cercano: la costa azul y fascinado, sobre todo el primero. plantean el concierto (de más de 45 minutos) muy bien. una mitad o más de la mitad divertida pero centrada, canción tras canción, muy bien tocadas, muy bien cantadas, enganchando hasta que llega el turno del sidonie goes to... y empiezan a desbarrar con el bajista al sitar, el guitarrista al bajo, el batería a la batería en el frente del escenario. a partir de ahí la cosa se desmadra. vuelven al orden de vez en cuando y uno se da cuenta de que poco a poco se han ido haciendo con un repertorio afortunadísimo. hay poco lugar para el inglés pero no desentona para nada el "on the sofa", la vibrante canción con la que casi cerraron su etapa anglófila. para casi terminar, sidonie cantan para ti, con carlos cross y su potentísima voz soulera al micro, presentado a toda la banda. a mí esto me pareció algo excesivo y largo. creo que debieran haberlo hecho más corto. con todo y con eso, el concierto, con la excepció del pobre sonido, fue muy bueno. unos muy dignos teloneros. yo que ya me temía que les limitaran el sonido, que nadie les hiciera ni caso.
caía la noche y las pantallas ya dejaban ver el escenario a todo color cuando salieron pereza al escenario. se marcaron varios rocanroles todos seguidos, marca de la casa. uno tras otro. sin tregua. un concierto larguísimo, casi dos horas y media, en el que los tiempos estaban muy bien medidos y pensados. las canciones más conocidas, más coreables fueron repartidas de manera muy equilibrada. y hubo momentos de todo tipo. apenas hablaban entre canción y canción pero cuando lo hacían se les veía, en su forma se ser, muy emocionados. aún así, y habiendo reconocido varias veces estar cagados de miedo, no se les notó. tocaron muy bien. sonaron (a partir de la media hora) muy bien. y se les notó disfrutar y mucho. yo, que no soy muy fan, solo puedo decir que, si bien el concierto se me hizo un poco largo, me llevo muy buen recuerdo de él. hubo momentos muy curiosos. el cantante y el bajista de sidonie salieron a escena para cantar a cuatro voces con rubén y leyva el nowhere man de los beatles casi a capella para dar comienzo a "beatles", ese estupendo medio tiempo de su último disco y que leyva presentó haciendo referencia al concierto de los fab four hace 43 años en este mismo escenario. la presentación de la banda, de nuevo laarguísima, con un rubén en plan superstar, interpretando esa canción que en este contexto hasta me pareció graciosa, "groupies". los guiños a los stones, a los purple, a los piratas... reconociendo de donde vienen y con quien van. la banda es muy buena. el teclista hace coros, el batería es un reloj. el percusionista a veces parece un segundo batería. el bajista las clava y sigue todo desde una respetable segunda fila. y rubén y leyva en el frente van dejando caer una tras otra sus canciones, casi siempre cantadas a dos voces, rubén la baja, leyva la alta. leyva es más pop. rubén más rock. leyva es más saltarín y vacilón. rubén más serio. se cruzan los punteos. incluso, al estilo de los grupos surferos ejecutan el número de tocar con la diestra la guitarra propia y con la zurda la guitarra del otro. y les sale muy bien. una pena el saxofón, que apenas sale en la mezcla. el público entregado y ellos encantados. llenazo en las ventas. y ahora, a seguir la gira y a pensar en el siguiente disco. yo, a buscar las canciones que más me gustaron y que andarán dispersas entre sus muchos discos que no tengo.
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the right ons, the soundtrack of our lives y krakovia en el festival indyspensable de villaverde, madrid
de los dos días del festival indyspensable prefería el primero. sin embargo, preferí también ir a ver a daniel wylie y su banda. el sábado, en villarverde, empezaban las charades y los layabouts. como les había visto no hacía mucho tiempo, llegué justo para el comienzo de the right ons. había oído algo en su myspace y me esperaba un concierto al menos divertido. así fue. no les presté mucha atención, aunque esté malo decirlo, pero es que había que comer, beber y conversar antes de que llegara el plato fuerte de la noche, los suecos the soundtrack of our lives. desde aquí mis disculpas a the right ons. prometo acercarme a verles en cuanto repitan aquí o en otro sitio en el que coincida con ellos. me sorprendió encontrarme a la batería al enorme ramiro, de jet lag, cantando también, de una manera rock soulera alucinante. además, llevaban vientos. una pena. repetiré.
the soundtrack of our lives me gustaron mucho más que la otra vez que les vi (sala arena, hoy sala heineken, en madrid). sobre todo por el sonido. es increíble cómo un técnico bueno puede hacer verdaderas virguerías con la mesa y los instrumentos y amplificadores de sus músicos hasta conseguir que sonaran como si estuviéramos en un festival de rock de los años setentas. un sonido comprimido a más no poder. unas guitarras potentísimas, una batería casi sorda, sonando como se sonaba entonces y un cantante desgallitándose por encima de la mezcla para terminar de formar parte de la propia canción. fue una pasada disfrutar de un sonido tan compacto y redondo, nosotros que estamos tan aconstumbrados a diseccionar las canciones instrumento por instrumento. de verdad que fue asombrosa la capacidad del grupo y del propio técnico. en cuanto al repertorio, tiraron de unas cuantas que irán en lo que anunciaban sería su nuevo disco y tocaron hasta cuatro del único disco que tengo suyo, el de los moldes blancos con sus caras. increíbles. alargaron hasta los casi diez minutos una de ellas y por un momento sentí que quizás en alguna ocasión los who en alguna gira en los años setenta llegaran a transmitir vibraciones semejantes. el cantante, una especie de demis rousos de voz opaca terminó solo en el escenario entre y se quedó con todo el respetable. chapeau, de verdad, un concierto de los que se ven muy de vez en cuando. me he quitado una espinita que llevaba clavada dentro desde hace un montón de tiempo.
para terminar la noche, krakovia. poco diré de ellos. empezaron como una especie de grupo instrumental marciano al que se había unido el peor batería del mundo (por eso de llevar caja y bombo lo más "ochentas" posible). si a estas canciones les pones al batería de soundtrack of our lives, krakovia amplía el espectro de sus fans de manera inmediata. pero bueno, si lo hacen así será porque es lo que a ellos les gusta. aguanté dos canciones y media. el cansancio hacía mella en mis huesos y no habíamos ido lo abrigados que debiéramos así que terminamos retirándonos prometiéndome a mí mismo volver a verles durante las fiestas de san antonio de la florida de la semana siguiente. cosa, que por otra parte, no haría. un amigo con el que iba me dijo que krakovia, yendo de modernos, seguían haciendo lo que ya hizo billy idol a primeros de los ochenta con y sin su generation x. seguramente tuviera razón. y es que en días como éste uno no para de pensar en lo poco innvador de muchas de las propuestas actuales.
the soundtrack of our lives me gustaron mucho más que la otra vez que les vi (sala arena, hoy sala heineken, en madrid). sobre todo por el sonido. es increíble cómo un técnico bueno puede hacer verdaderas virguerías con la mesa y los instrumentos y amplificadores de sus músicos hasta conseguir que sonaran como si estuviéramos en un festival de rock de los años setentas. un sonido comprimido a más no poder. unas guitarras potentísimas, una batería casi sorda, sonando como se sonaba entonces y un cantante desgallitándose por encima de la mezcla para terminar de formar parte de la propia canción. fue una pasada disfrutar de un sonido tan compacto y redondo, nosotros que estamos tan aconstumbrados a diseccionar las canciones instrumento por instrumento. de verdad que fue asombrosa la capacidad del grupo y del propio técnico. en cuanto al repertorio, tiraron de unas cuantas que irán en lo que anunciaban sería su nuevo disco y tocaron hasta cuatro del único disco que tengo suyo, el de los moldes blancos con sus caras. increíbles. alargaron hasta los casi diez minutos una de ellas y por un momento sentí que quizás en alguna ocasión los who en alguna gira en los años setenta llegaran a transmitir vibraciones semejantes. el cantante, una especie de demis rousos de voz opaca terminó solo en el escenario entre y se quedó con todo el respetable. chapeau, de verdad, un concierto de los que se ven muy de vez en cuando. me he quitado una espinita que llevaba clavada dentro desde hace un montón de tiempo.
para terminar la noche, krakovia. poco diré de ellos. empezaron como una especie de grupo instrumental marciano al que se había unido el peor batería del mundo (por eso de llevar caja y bombo lo más "ochentas" posible). si a estas canciones les pones al batería de soundtrack of our lives, krakovia amplía el espectro de sus fans de manera inmediata. pero bueno, si lo hacen así será porque es lo que a ellos les gusta. aguanté dos canciones y media. el cansancio hacía mella en mis huesos y no habíamos ido lo abrigados que debiéramos así que terminamos retirándonos prometiéndome a mí mismo volver a verles durante las fiestas de san antonio de la florida de la semana siguiente. cosa, que por otra parte, no haría. un amigo con el que iba me dijo que krakovia, yendo de modernos, seguían haciendo lo que ya hizo billy idol a primeros de los ochenta con y sin su generation x. seguramente tuviera razón. y es que en días como éste uno no para de pensar en lo poco innvador de muchas de las propuestas actuales.
mayor tom y daniel wylie band en el club new order de madrid
una mala racha en la que el tiempo libre tiende a cero. por eso, casi diez días después escribo de este concierto.
la sala clamores, aunque le quiten las mesas y las sillas, sigue siendo una sala poco cómoda para la música. quizás a los amantes del jazz les encante pero a mí no me agrada lo más mínimo. no suena mal. pero tampoco suena bien. una pena no haber podido ver a daniel wylie en un escenario más acorde a su leyenda y a la calidad de sus canciones. ejercieron de teloneros mayor tom... ese nombre... claro, en cuanto hicieron referencia a la odisea espacial de bowie todo encajó. y es que por ahí van los tiros. tienen un disco o maqueta. ya no sé diferenciarlos. lo compramos y apenas lo hemos oído todavía. suena bien. me gustan los juegos de guitarras, sobre todo esos arpegios a lo bowie o a lo disco blanco de los beatles. telecaster. orange. todo muy estudiado. el grupo tiene buen sonido y posiblemente canciones con tirón. a veces, cuando simplifican y resultan un casi trío de power pop están más cerca de pereza y de el canto del loco que de sus referencias más sesenteras. cuando atacan su versión más comercial pierden quizás su atractivo. quizás necesiten todavía estribillos más redondos si quieren ir por ahí. otra cosa que creo estuvo fuera de sitio fue la aparición estelar de alguien que dijo el cantante había sido parte de otra banda junto a él. gafas de soly ganas de comerse el mundo y que todos coreáramos una canción que posiblemente casi ninguno había oído nunca. no sé. son cosas que se pueden hacer si te llamas de otra manera y estás tocando en un estadio pero que no se deben hacer si no te conoce casi nadie y estás tocando además de telonero de un grupo escocés. buenas intenciones que patinaron con mi percepción de la modestia encima de un escenario. aún así, ya digo, me gustaron (compramos el disco, ya lo he dicho). tocan muy bien, el sonido que buscan lo consiguen y solo quizás les quede decantarse por el rollo más ultracomercial que pueda abrirles el público masivo de las quinceañeras ávidas de este tipo de canciones que ahora mismo triunfan en las voces de, ya digo, el canto del loco o pereza. yo preferiría que exploraran su vena más psicodélica, más psico-pop, que es la que más me gustó y más me parece que puede hacerles llegar a cosas más interesantes.
después del calentamiento, daniel wylie en formato banda. presenta hoy su disco recopilatorio: un disco en el que mete un montón de canciones de sus discos como cosmic rough riders o de sus discos en solitario. una delicia de disco en la que brillan con luz propia canciones redondas como "loser", "revolution in the summertime", "that was the day" o "define love". hace unos meses estuvo tocando en la pequeña bety, él solo, con neil, su guitarrista. hoy se les han unido un guitarrista más, un bajista y un batería. muy solventes todos, simpáticos en el escenario, con daniel wylie siempre agarrado con dos manos al micro. con dos voces que le hacen esas armonías tan clásicas en su repertorio, tan marca de su casa o de la casa teenage fanclub, big star o byrds. cantan alto. se les nota aconstumbrados a tocar en garitos escoceses donde hay que hacerse oir a fuerza de elevar el nivel de decibelios. lo hacen muy bien. el repertorio es bastante lineal pero si a uno le llegan este tipo de canciones disfruta como un enano. daniel con banda gana enteros. no llega, eso sí, al nivel de gente como teenage fanclub, que se nota que, aun haciendo algo muy parecido, son una banda y por lo tanto tienen varias cabezas pensantes, varias cabezas peleando por ser mejor que las otras de su propia banda, varias cabezas que procuran ir siempre un paso más allá. a diferencia de mis adorados teenage fanclub, el repertorio de daniel es más clásico rítmicamente hablando, por ejemplo. con alguna expeción como "define love" en la que introduce el típico compás bossanoverao, el resto es clásico. entra en el saco de tipos como michael shelley o francis macdonald (nice man). gente que tiene el don de la melodía redonda pero que están, en mi opinión, un peldaño por debajo del que tiene el don de la melodía pluscuamperfecta. disertaciones aparte, daniel parece satisfecho. espero que la próxima vez pueda actuar en un sitio mejor, ante algo más de público: es alucinante cómo habiendo un festival ese mismo día en madrid con un cartel en el que no podía encajar mejor el bueno de daniel no estuviera encima de ese escenario. probablemente habrá quien diga que pocos habrían atendido con la atención requerida. yo, sin embargo, que he estado en muchas ocasiones en el escenario digo que el que está arriba prefiere un montón de gente a la que sorprender que unos pocos fans irredentos a los que no vas a dar más que una noche muy especial... habría que preguntarle a daniel.
la sala clamores, aunque le quiten las mesas y las sillas, sigue siendo una sala poco cómoda para la música. quizás a los amantes del jazz les encante pero a mí no me agrada lo más mínimo. no suena mal. pero tampoco suena bien. una pena no haber podido ver a daniel wylie en un escenario más acorde a su leyenda y a la calidad de sus canciones. ejercieron de teloneros mayor tom... ese nombre... claro, en cuanto hicieron referencia a la odisea espacial de bowie todo encajó. y es que por ahí van los tiros. tienen un disco o maqueta. ya no sé diferenciarlos. lo compramos y apenas lo hemos oído todavía. suena bien. me gustan los juegos de guitarras, sobre todo esos arpegios a lo bowie o a lo disco blanco de los beatles. telecaster. orange. todo muy estudiado. el grupo tiene buen sonido y posiblemente canciones con tirón. a veces, cuando simplifican y resultan un casi trío de power pop están más cerca de pereza y de el canto del loco que de sus referencias más sesenteras. cuando atacan su versión más comercial pierden quizás su atractivo. quizás necesiten todavía estribillos más redondos si quieren ir por ahí. otra cosa que creo estuvo fuera de sitio fue la aparición estelar de alguien que dijo el cantante había sido parte de otra banda junto a él. gafas de soly ganas de comerse el mundo y que todos coreáramos una canción que posiblemente casi ninguno había oído nunca. no sé. son cosas que se pueden hacer si te llamas de otra manera y estás tocando en un estadio pero que no se deben hacer si no te conoce casi nadie y estás tocando además de telonero de un grupo escocés. buenas intenciones que patinaron con mi percepción de la modestia encima de un escenario. aún así, ya digo, me gustaron (compramos el disco, ya lo he dicho). tocan muy bien, el sonido que buscan lo consiguen y solo quizás les quede decantarse por el rollo más ultracomercial que pueda abrirles el público masivo de las quinceañeras ávidas de este tipo de canciones que ahora mismo triunfan en las voces de, ya digo, el canto del loco o pereza. yo preferiría que exploraran su vena más psicodélica, más psico-pop, que es la que más me gustó y más me parece que puede hacerles llegar a cosas más interesantes.
después del calentamiento, daniel wylie en formato banda. presenta hoy su disco recopilatorio: un disco en el que mete un montón de canciones de sus discos como cosmic rough riders o de sus discos en solitario. una delicia de disco en la que brillan con luz propia canciones redondas como "loser", "revolution in the summertime", "that was the day" o "define love". hace unos meses estuvo tocando en la pequeña bety, él solo, con neil, su guitarrista. hoy se les han unido un guitarrista más, un bajista y un batería. muy solventes todos, simpáticos en el escenario, con daniel wylie siempre agarrado con dos manos al micro. con dos voces que le hacen esas armonías tan clásicas en su repertorio, tan marca de su casa o de la casa teenage fanclub, big star o byrds. cantan alto. se les nota aconstumbrados a tocar en garitos escoceses donde hay que hacerse oir a fuerza de elevar el nivel de decibelios. lo hacen muy bien. el repertorio es bastante lineal pero si a uno le llegan este tipo de canciones disfruta como un enano. daniel con banda gana enteros. no llega, eso sí, al nivel de gente como teenage fanclub, que se nota que, aun haciendo algo muy parecido, son una banda y por lo tanto tienen varias cabezas pensantes, varias cabezas peleando por ser mejor que las otras de su propia banda, varias cabezas que procuran ir siempre un paso más allá. a diferencia de mis adorados teenage fanclub, el repertorio de daniel es más clásico rítmicamente hablando, por ejemplo. con alguna expeción como "define love" en la que introduce el típico compás bossanoverao, el resto es clásico. entra en el saco de tipos como michael shelley o francis macdonald (nice man). gente que tiene el don de la melodía redonda pero que están, en mi opinión, un peldaño por debajo del que tiene el don de la melodía pluscuamperfecta. disertaciones aparte, daniel parece satisfecho. espero que la próxima vez pueda actuar en un sitio mejor, ante algo más de público: es alucinante cómo habiendo un festival ese mismo día en madrid con un cartel en el que no podía encajar mejor el bueno de daniel no estuviera encima de ese escenario. probablemente habrá quien diga que pocos habrían atendido con la atención requerida. yo, sin embargo, que he estado en muchas ocasiones en el escenario digo que el que está arriba prefiere un montón de gente a la que sorprender que unos pocos fans irredentos a los que no vas a dar más que una noche muy especial... habría que preguntarle a daniel.
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