noche de celebración la del pasado sábado en madrid. el 24 de enero de 2008 el sello discográfico independiente rock indiana hacía quince años que editó el número cero de su fanzine (también llamado rock indiana). y junto a ese fanzine aparecía su primera referencia discográfica, un EP de vinilo de tres canciones, que presentaba en sociedad a "los protones", grupo abanderado del sello desde entonces y uno de los máximos exponentes del power pop cantado en inglés y hecho en españa.
hace quince años las cosas eran muy diferentes. yo escuchaba por las noches disco grande. allí conocí rock indiana. podría decir que estuve hace quince años en el sol, en la presentación de rock indiana, pero sería mentira. solo puedo decir que entonces no fui a aquel concierto como tampoco fui a tantos otros por diversas razones: vivía a mas de cincuenta kilómetros de madrid, no tenía dinero y además, me pasaba la vida encerrado en mi habitación estudiando. los días eran para ir a clase. las tardes, cuando no había clase o prácticas de laboratorio, eran para estudiar. pero las noches tenían que ser para algo más. y estaban, normalmente, llenas de música o películas. sé que mi vida de por entonces resultará aburrida y penosa a cualquiera. pero es lo que hay. o mejor dicho, era lo que había. disco grande, flor de pasión y el diario pop, todos de radio tres, me ayudaban a sobrellevarlo. compraba montones de cintas tdk de 90 que todavía conservo. y grababa en ellas canciones que sonaban en estos programas. entre ellas, over now, de los protones. ya entonces creía que era una de las mejores canciones nunca escritas y hoy, quince años más tarde, lo sigo pensando.
por aquel entonces, año 1994, ya andaba con mi grupo de música, los happy losers. los principios fueron todo ilusión. recuerdo haber ido personalmente a la sala moby dick de madrid a ver, no sé, quizás a los protones, quizás a bandogs, puede que a aneurol 50 o a berracos. recuerdo que allí conocí a pablo carrero. no sé si fue allí donde le di la maqueta de los happy losers o simplemente me presenté como uno de los happy losers, esos que le habían mandado una maqueta grabada en una cinta de cassette, con una portada absolutamente desconcertante para lo que dentro había, de color azul cielo. pablo me pareció encantandor entonces y me lo sigue pareciendo. hemos tenido nuestros más y nuestros menos durante todo este tiempo, casi siempre por cosas relacionadas con el grupo: los happy losers éramos peleones e inconformistas y supongo que muchas veces le desquiciábamos, sin darnos quizá cuenta del gran esfuerzo que hacía para mantener vivo un sello pequeño y que se estaba convirtiendo en una referencia del pop de guitarras en españa. espero que pablo recuerde todos los malos momentos como grandes cismas que desembocaron en grandes cosas. yo así lo recuerdo.
todos estos recuerdos y muchos más me vienen a la cabeza ahora que ya ha pasado el aniversario de rock indiana. y me han estado viniendo a la sesera durante la semana antes al concierto de los protones. semana en la que he estado escuchando exclusivamente los discos de los protones para ponerme a tono. aquellos tiempos eran tiempos de comprar el ruta 66 todos los meses. tiempos en los que me leía hasta la letra pequeña de los anuncios de esta revista. y aprendía día a día de la música que más me gustaba. hasta el punto de imaginarme cómo sonarían grupos y cantantes que pasaban los meses y nunca podía escuchar: no había dinero para comprar muchos discos, no había muchos amigos con los que intercambiar lo poco que podíamos comprar y por supuesto no había emules, myspaces ni nada que se le pareciera: y sin embargo, conseguí estar siempre escuchando cosas nuevas. nuevas para mí, pero que podían tener décadas de existencia. gracias a la radio, a las cintas de cassette que me grababan y a los dos discos de vinilo que solía comprar cada mes, cuando había suerte.
los protones han tenido diferentes formaciones, conservando únicamente a dos de sus miembros originiales desde aquel primer EP hasta su última grabación hace ahora unos cuatro años: pepe verde cantando y cocolo a las guitarras. al principio tenían un batería que yo creo que no siguió después de cartunes, un guitarra rítmica llamado carlos y un bajista compositor brillante llamado arturo, autor de, entre otras maravillas, la melodía de over now. con su segundo disco, entró pablo a la batería. y con los siguientes, ya sin arturo y carlos, pasaron diferentes personas por la segunda guitarra y el bajo. el pasado sábado en el sol, no estuvieron todos los que fueron protones, pero casi. eché de menos a arturo, pero pablo, el que durante la segunda mitad del concierto tocó la batería, hizo de bajista digno durante las primeras casi diez canciones.
plantearon el concierto como si de tocar su disco de grandes éxitos (que por cierto regalaban con la entrada) se tratara, salpicando el repertorio cada cierto tiempo con una versión de las que siempre habían tocado: rompeolas, de radio futura, he'd be a diamond, de bevis frond, vía teenage fanclub, anytime at all, de los beatles... y lo plantearon, sobre todo al principio, de manera algo casi cronológica. por eso al principio la batería la tocó quien supongo fuera su primer batería (creo que era quien aporreaba los tambores en nuestro primer concierto con ellos, en la salala revolver hace más de diez años) y el bajo pablo: supongo que la idea original era que en estas canciones el bajo lo hubiese tocado arturo pero me dijeron que tuvo que ausentarse. una pena.
esas primera media docena de canciones fue para mí lo mejor del concierto. sé que fue cuando peor sonaron, cuando más a destiempo iban, cuando menos afinaban, pero es que fue cuando en mi opinión se parecieron más a los protones del principio, más rápidos, más directos, más amateurs: más encantadores. pocos grupos pueden darse el gustazo de empezar un concierto con un himno como "i won't let you now" y seguir con "footsteps", "another one", "dirty"... ese principio fue memorable. pepe disfrutó cantando como siempre lo había hecho. no paró de hablar entre canción y canción. mezclando el inglés y el castellano. mirando celosamente a su mujer, que dijo daría a luz en pocos días y nunca le había visto cantar. genial.
cocolo estuvo inmenso, como siempre. no dejó ni un segundo su preciosa rickenbacker y esuvo tan concentrado como solía, de vez en cuando solo entrando en éxtasis para hacer algún coro al aire gritando por encima del ruido del escenario. carlos, cuando dejó la guitarra, agarró la pandereta y no la soltó hasta el final, haciendo ocasionales coros.
el concierto duró casi hora y media. y hubo para todos. mucho himno, como decía pepe. mucha caña. pero también momentos más contenidos que daban cuenta de la clase de algunas de las canciones de sus últimos discos. con octavio a la otra guitarra y pablo a la batería el grupo creció, se hizo mayor, maduro, iba como un reloj, pero para mí que perdió un poco de la locura que quizás dieran los más mayores al principio, por eso de que quizás llevaran mucho más tiempo sin subirse a un escenario. no sé.
rock indiana acertó editando dos discos para la noche: the best of los protones (25 canciones, algo muy parecido a lo que fue el repertorio del concierto) y the rest of the protones, algo así como una colección de las canciones que los protones grabaran para recopilatorios, discos homenaje y demás. si uno iba en pareja, podía hacerse fácilmente con ambos.
se despidieron con un "hasta dentro de quince años". yo creo que se juntaran antes. al tiempo.
pd: uno de mis tres lectores me ha dicho que no le cuido. ni a él, ni a mis otros dos lectores. y aunque estos otros dos lectores nunca me lo han dicho, visto que el treinta y tres por ciento de la totalidad ya es un número bastante alto de lectores descontentos, voy a intentar mejorar. mejorar significa usar el "punto y aparte" con más frecuencia. incluir alguna foto, o bien del concierto, o bien del grupo en cuestión, o bien de la chica de la que me haya enamorado en el mismo, o bien de la entrada del acontecimiento. adivinad qué será lo más habitual. eso sí, no me pidáis que use las mayúsculas. es que no me gustan.
miércoles, 28 de enero de 2009
los protones en la sala el sol, madrid
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5 comentarios:
Eres un ser minúsculo ;-) Mucho mejor así.
Una pena no haber ido a los Protones. Mi preferido era "Nothing to say".
ay, buzastro, que igual no vuelven a tocar en quince años...
también me sumo al voto a favor de los puntos y aparte...
La frase larga es uno de los mejores inventos de la literatura. No la abandones.
Tuve que cambiar a los Protones por unas becadas, tras leer tu crónica no sé si salí ganando o perdiendo.
Muchas gracias, Sergio. La verdad es que para mí fue una putada perderme el concierto de El Sol aunque me pude desquitar en parte la semana anterior con el concierto, más íntimo, del Wurli. En fin, el curro es lo que tiene. En todo caso, querría comentar aquí mi admiración por los Happy Losers y por vuestras nuevas carreras en solitario. Creo que os conocí cuando grabábais el primer single para el fanzine de Rock Indiana. No recuerdo si fue Pablo Carrero o Juan Fer (Cocolo) quien propuso que pasáramos por vuestra grabación "por si se nos ocurría algún arreglo". Creo que lo máximo que se me ocurrió fue algo así como proponer aumentar la distorsión de las guitarras pues todo me sonaba demasiado limpio. En fin, menudo talento, menos mal que no me hicísteis caso. A mí casi me habéis gustado más con el tiempo y creo que el máximo está en el "Harry ...". Ese disco ha sido de los pocos que escuché varias veces seguidas cuando lo puse por primera vez y que lo tuve una buena temporada en el CD del coche, y aún hoy de vez en cuando lo rescato. El Bubbles tambíén me gusta mucho. Y también lo poco que he escuchado (en myspace) de tus nuevas canciones y las de Toni. Creo que hay una gran cantidad de talento en la mayoría de ellas a todos los niveles. Venga, recuerdos para todos (Toni, Pepe y Óscar incluidos) y espero que sigáis bien y haya oportunidad de vernos por ahí y comentar la jugada. Un abrazo.
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