domingo, 3 de mayo de 2009

amy rigby y wreckless eric en la pequeña bety


¡concierto sorpresa de amy rigby y wreckless eric esta noche en la pequeña bety! ¡entrada libre! me encanta despertarme un domingo por la mañana recibiendo un mensaje así al móvil. ojalá todos los domingos se presentaran tan interesantes. sobre todo a esa maldita hora en la que desempolvamos de la cabeza las miserias que dejamos aparcadas el viernes al salir del trabajo.

para mí tanto amy rigby como wreckless eric son dos casi completos desconocidos. pero dado que son la cumbre del festival cultura pop, dado que eric fue uno de los míticos solistas que grabaron en el influyente sello stiff records a finales de los años setenta y principios de los años ochenta, dado que lo que he podido escuchar de amy rigby gracias a esa maravilla que es spotify es una preciosidad, el concierto tiene aliciente de sobra.

no sé cómo sería wreckless eric con veinte años. hoy es un tipo talludito de seguramente más de cincuenta años regordete, con barba medio cuidada, voz justa pero eficiente (lo bueno de no haber tenido nunca una gran voz es que es más difícil perderla cuando uno se hace mayor) y una pizca de locura en su manera de ser y en sus alocuciones entre canción y canción (debe vivir en francia por lo que pude extraer de algunos de sus comentarios, sobre todo cuando nos dijo que le dijéramos de su parte un gran f*** off a monsierur sarkozy al día siguiente). amy rigby es una mujer que desde mi relativa lejanía al escenario aparenta relativa de nuevo madurez: cuarenta ¿y? ambos aguerridos intérpretes a las guitarras acústicas, o eléctricas (¿o electrónicas como con sorna recordaba eric?), o al bajo él o al teclado ella.

lo suyo son canciones de pocos acordes. ásperas. como un dylan pasado por la turmix del punk británico de los clash, el rock elemental de los troggs. no sabría cómo definirlo. hace muchos rocanroles bastantes evidentes y creo que me pierdo en el no terminar de pillar las letras. aún así, me gusta. no es un guitarrista brillante pero sí que es versátil y se nota que tiene más que oficio: le saca sonido hiriente a una guitarra a la que maltrata con la diestra y de cuyas cuerdas gusta estirar para que chille con la zurda. siempre, acompañado por amy a la rítmica, los coros y las segundas voces. a veces, una evidente base rítmica prefabricada con los peores sonidos de la base de datos de un programa de ordenador para tocar baterías. quizás sea mejor así que disparar baterías de estadio en bares de cien personas. al final del concierto toca "whole wide world". y ha merecido la pena la espera.

amy por su lado intercala en el repertorio de eric canciones mucho más pop casi siempre e incluso en ocasiones, "americana". a veces se pone más guerrera y le sacude unas hostias como panes a las cuerdas de su maravillosa acústica: ¡qué sonido más bonito tiene, en contraste con lo metálico ochentero y feuno de la acústica de eric! amy toca el cielo... o mejor yo lo toco cuando al teclado interpreta la melodía más pop de la noche, inocente, casi de juguete, maravillosa. y nos enamora a todos y cada uno de los presentes cuando tras el whole wide world toca "dancing with joey ramone". ¡maravilloso! creo que en ese momento todos nos enamoramos un poco de amy y quisiéramos ser eric. y lo digo porque me cuenta el amigo pablo que son pareja (sí, sí, hasta se dan besos en el escenario: ¿no es tierno?). y aún a riesgo de decir cosas que no debo no me quedo con las ganas de contar lo que me cuenta pablo: resulta que amy estaba de gira por inglaterra y una noche tocaba en hull, la ciudad de eric (¡y de los housemartins!). y resulta que llevaba en su repertorio whole wide world. y cuando dijo que iba a tocar una canción de un cantante de hacía unos años que era precisamente esa ciudad, lo que ella no sabía es que el tal wreckless eric estaba en la sala porque trabajaba en la misma como pinchadiscos. lo más gracioso es que el dueño de la sala sacó a rastras a wreckless de la cabina del dj y lo puso de patitas en el escenario obligándole a cantar con amy la canción de marras. eric, contaba pablo, no pudo más que cantarla con ella, enamorarse de ella y pedirla en matrimonio: y hasta hoy. entre esto y que wrecless nos dice que le digamos a nuestro jefe mañana que le den, que eso es lo que él siempre ha hecho y que miremos donde está, nos vamos a casa pensando que qué pena no tener un poco de talento para poder disfrutar como el gran eric de su joie-de-vivre.

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