hace mucho tiempo que los posies dejaron de interesarme, digamos, mucho. el año 1993 su tercer disco "frosting on the beater" fue una de las rodajas de plástico que más sonaron en mi habitación. su concierto en la sala revolver con teenage fanclub. su participación en el festival serie b de pradejón, en la rioja. el descubrimiento de sus maravillosos primeros dos discos. luego vino un poco la decepción del más grunge "amazing disgrace" y perdí el interés en ellos. creo que me quemaron de tanto venir a esp´ña y de tanto quererse ganar al público español por su lado más "roquero", más duro. cuando a mí lo que me apasionaba de ellos era ese ramalazo "hollies" de sus canciones. esas voces tan inmensas. y los años pasaron. y pasaron muchos, la verdad. ken stringfellow ciertamente ha estado activo: dos discos al menos en solitario, producciones de grupos indies españoles, giras con big star, con love, incluso rock del a mi gusto más chungo con the disciplines el pasado verano. jon auer sin embargo siempre parece que estuviera a un segundo lado. creo que igualmente produjo alguna cosa aquí y fuera, pero sin tanta repercusión como la que tuviera su colega ken.
hace unos meses los posies se juntaron para hacer, 15 años después, frosting on the beater. un viaje de trabajo me retuvo esos días fuera de madrid y me perdí la ocasión de rememorar el mítico momento de la revolver hacer 3 lustros. y hete aquí que de repente, y sin publicidad casi ninguna, jon auer se presenta en directo un miércoles por la noche en una de las salas pequeñitas a las que más cariño le estoy cogiendo últimamente (y no será por el brillante sonido... pero sí es que están programando cosas muy interesantes, llegando donde quizás otras salas un poquito más grandes y más "cool" no lleguen). y cuesta salir un frió día de abril de casa sólo para estas cosas. pero como la vida son dos días y éstos son unos de los únicos momentos en los que disfruto de verdad entre tanto trabajo y ajetreo...
a la entrada en la sala, un jon auer cada vez más obeso (¿se habrá comido al resto de los posies? = chiste fácil), se esforzaba sentado en uno de los sillones de la entrada en listar el repertorio a interpretar en un rato. a la vez, custodiaba un par de cajas con discos: a ciegas, le compré el único disco grande en solitario que tiene, "song from the year of our demise". no tenía su primer trabajo en solitario, 6 & 1/2. espero que a houston party le queden copias porque lo quiero ya.
jon venía con teloneros: cheap star. como si de una broma a la mítica banda de alex chilton y chris bell se tratara, un desangelado trío sube al escenario y ante los cuatro gatos que allí concurrimos, empiezan a desgranar sin más pena que gloria, unas cuantas canciones de guitarra, bajo y batería escritas al estilo posies/teenage/gigolo aunts. pero ya digo, sin mucha gracia. un batería solo correcto. un bajista que parecía más bien sacado de una banda de versiones de soul asylum y un cantante y guitarrista al que supongo la vergüenza le hizo apenas susurrar unas melodías que seguramente no estaban nada mal. pero es que... que falta de vida, jesús. me estaba durmiendo. menos mal que a la media hora presentaron a jon auer y el posy se subió al escenario a acompañarles en las últimas piezas que interpretaron. ¡y vaya cambio! tirando de oficio, de una solvencia guitarrera que no le recordaba y de una potencia a la voz de agradecer, jon tiró de los cheap star convirtiéndoles de repente en una banda completamente diferente. el cantante empezó a sentirse más relajado y no solo no empezó a cantar mejor sino que encima se le empezó a escuchar, incluso por encima de las armonías que hacía jon. hasta el bajista se animó a corear. lo que hasta el momento había sido un concierto con cero sorpresas y sin un solo arreglo guitarrero se convirtió en un deleite de juegos de seis cuerdas. bravo. cuatro canciones y se acabó.
jon, en lugar de seguir en el escenario sólo para seguir con el concierto al que todos habíamos venido a ver, se retiró y nos hizo esperar cinco o diez minutos. suficiente como para poner a cero los cronómetros, para limpiar las orejas de cualquier contaminación previa y emprenderla con uno de los conciertos más entrañables que el que esto teclea haya podido presenciar en mucho tiempo en madrid. con su guitarra eléctrica a hombros y pedales de distorsión, flanger y reverb, jon fue desgranando una a una un montón de historias hechas preciosas canciones. empezó por esa preciosidad de su primer EP en solitario, "tears". tan bonita, tan delicada. ya desde ese momento me di cuenta de que la noche iba a ser muy especial. jon maneja la guitarra con una sutileza inesperada. juega con los sonidos del ampli y con las combinaciones de los pedales. toca ahora con púa ahora con dedos, rasgando con violencia cuando toca y acariciando cuando se tercia. hace unos maravillosos solos que hacen que parezca mentira que esté él solo en el escenario. y entre canción y canción derrocha una simpatía que probablemente en los conciertos de los posies haya quedado siempre oculta entre esos kilos de pasotismo y caña que a mí siempre tanto me jodieron en su día. se queda con todos nosotros. baja en alguna ocasión al piso de los mortales, para cantar a voz en grito si la ayuda del micro. le hacemos los coros, incluso nos atrevemos con las segundas voces como si nuestras gargantas fueran tan privilegiadas como ese graham nash al que siempre escucho en sus discos. recupera canciones de dear 23 y failure. de frosting on the beater. de amazing disgrace. de su único disco en solitario: preciosas "six feet under" (pedida y nunca usada por los productores de la ya mítica serie de la hbo) y "my sweet unknown". se esfuerza por hablarnos en un castellano que no domina pero que si intercala con mucha gracia. nos cuenta la historia de "josephine", su verdadera abuela, a la que ni él ni su propio padre nunca pudieron conocer: y es que nos cuenta que su padre estuvo tentado de encontrar a su madre, que de pequeño le dio en adopción: jon le advirtio: papá, no lo hagas: imagina que cuando la conoces resulta ser una fan de celine dion...
tras una hora de desgranar sus canciones solo y con los posies, una que escribiera para big star al estilo chris bell y en la que encima se permite el lujo de ponernos los pelos de punta con un "thirteen" de big star calcado al del original, invita a cheap star para "roquear". la banda le acompaña muy dignamente y pasamos una última hora emocionante con jon interpretando clásicos como "september gurls" y "everything flows" (mencionando aquel concierto de la sala revolver con teenage fanclub). cuando la tormenta eléctrica cesa, cheap star desaparecen del escenario y jon se queda solo de nuevo para tocar una última canción, en la que juega con miles de versiones, nos deja la sonrisa en las caras, la baba colgando y una sensación de haber asistido a una de las cosas más bonitas de la temporada. aviso a navegantes si a las buenas gentes que le trajeron a madrid se les ocurre contratarle en futuras ocasiones. por cierto, que dice alguna vez que está ultimando un nuevo disco en solitario, lleno de cosas tristes y de cosas graciosas.
para acabar otra de sus anécdotas: jon, le dice su mujer, cómo se te ocurre escribirle una canción de amor a una chica que se llama "angelita". que escribas una que se llame "josephine", pase, por eso de que dices que es la verdadera madre de tu padre, pero esta angelita... michelle, le dice jon, ¿cómo voy siquiera a osar escribir una canción que lleve tu nombre y no quedar mal parado en la comparación?
1 comentario:
holaaaaa, me gusta cuando vuelves a las andadas del blog, siempre te imagino yendo al sitio o volviendo a casa, es como si hubiera algo de melancolía entre líneas. Aunque te suene extraño, si fuera creo que sería muy parecido a ti, dee liueg no escatimaría ni un día del vivo y el directo. Supongo que si lo hago menos de lo que quisiera no es por ser tía -tampoco me ha importado nunca ir a sitios sola- El cao es que he escuchado "Tears" por que me ha llamado la atención por que decñia sy e verdad es bonitaaaaaaaa. el tío es un poco (era, más bien) rockabilly,no? besos
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