escribir mucho tiempo después de lo que pasó puede estar bien si el tiempo es mucho y se tira de nostalgia. en mi caso, que quiero dejar constancia de lo que veo, oigo y siento cada vez que asisto a algún evento, que pase mucho tiempo solo puede ser malo. en este escrito resumiré de una manera muy resumida varias de las cosas que he podido ver últimamente. empecemos por felicitas, un ballet dirigido por el ya retirado julio bocca e interpretado por su compañía, con las actuaciones protagonistas y estelares de ygor yebra y cecilia figaredo. felicitas relata una leyenda urbana porteña. con la simple ayuda de la lectura de su sinopsis uno se hace perfecto cargo de lo que está pasando desde el principio hasta el final. y eso no debe ser fácil cuando no se pronuncia ni una palabra. el baile es muy vistoso y emocionante. la historia, interesante. un clásico. no me convence el papel de ygor yebra. es más un obseso que un enamorado del que un día pudo estar interesado felicitas. tampoco la música. es como escuchar durante dos horas y media a lito vitale sin ser lito vitale: piano, bandoneón, violas. música muy argentina, cercana muchas veces al tango. quizás demasiado moderna para la obra a la que acompaña. demasiado progresiva en cualquier caso. mención aparte a los percusionistas que aparecen de vez en cuando. son los únicos que interpretan en directo y son realmente sorprendentes. una batucada en toda regla se agradece cuando tiene sentido. y digo cuando tiene sentido porque eso de estar en un parque escuchando los tambores interminables de un grupo de 40 perroflautas es otra cosa.
la siguiente propuesta veraniega que presencié tuvo bastante mérito. por mi parte. y obviamente por parte de sus intérpretes. en el teatro maría guerrero, una compañía de teatro rusa dirigida por un ultrapremiado británico haciendo un embrollo realmente divertido de shakespeare llamado "noche de reyes" en ruso y con sobretítulos en castellano. si a todo esto le sumamos que desde mi sitio (arriba) tardé en encontrar la postura ideal en mi asiento para que la barandilla no estorbara y con un simple giro de ojos pudiera ver los sobretítulos y a los actores... entenderéis mi mérito. por supuesto, el mismo que el del resto de los asistentes. con la excepción de que me da la impresión de que el público en esta ocasión era en una proporción muy alta gente del oficio del teatro o el cine o la tele. vamos, de la interpretación. he de reconocer que me lo pasé muy bien a pesar de pensar durante los primeros 15 minutos que no me iba a enterar de absolutamente nada, no solo por el ruso sino porque se trataba de una obra de enredo con muchos personajes interpretados todos (esto ya era de nota) por actores masculinos que hacían de chicas, chicos, mujeres maduras, viejas, hombres, viejos, fuertes, débiles. todo un ejempo de profesionalidad. sumamente recomendable. aunque creo que su paso por madrid ha sido muy muy breve. no sufráis, parece que la misma compañía estará gran parte del verano actuando en el matadero.
la semana acababa volviendo a ver al fenómeno grupo australiano neozelandés que ya vi en la riviera el pasado mes de septiembre. fue mi debut este verano en los así llamados veranos de la villa del patio central del cuartel del conde duque. mi entrada era de asiento y bastante arriba. duré tres canciones sentado arriba. no porque tuviera unas irrefrenables ganas de bailar sino porque es lamentable como el sonido limitado al que seguro someten al grupo hace que a partir de cierta distancia esto no parezca más que una fotocopia de un concierto de pop. según bajaba hacia la parte de "a pie" empecé a descubrir todo aquello que hasta entonces había echado de menos: el bombo, el bajo, los coros, la presencia de la batería: juro que hasta ese momento la caja parecía una caja de galletas golpeada por un par de lapiceros. ubicados en una privilegiada posición (y es que, sin darnos cuenta, nos habíamos colado en la zona reservada para los minusválidos: vacía de éstos, por otra parte) disfrutamos de un concierto tan bonito como el de hace unos meses siendo como fue completamente diferente al de entonces. si en la riviera el grupo estaba todavía engrasándose para una extensa gira de presentación de su nuevo disco y tiraron de grandes clásicos para satisfacer a todos los que durante tantos años no les pudimos ver en madrid, esta vez los clásicos, vamos, esas canciones que aparecerían en cualquier grandes éxitos de crowded house que se precie, fueron solo una parte muy pequeña del concierto. tocaron varias nuevas (muy muy bonitas). tocaron canciones de su último disco que seguramente no estén entre las favoritas del público y rescataron joyas del pasado. si a todo esto le unimos el detalle de contar en la banda como guitarrista eléctrico y acústico ocasional al hijo de neil finn (¿liam, el del disco del mismo nombre?) y que además neil estaba realmente feliz y no paraba de improvisar e interpretar trozos de canciones de otros que entraban perfectamente al final de las suyas propias... si a todo esto le unimos el sitio privilegiado en el que estuvimos viéndoles y la buena disposición con la que fuimos, todo un diez de nuevo. esperamos con fruición sus nuevas grabaciones y rebuscaremos de nuevo entre la carrera de neil en solitario así como en la de su hijo.
martes, 15 de julio de 2008
felicitas, noche de reyes y crowded house en el conde duque de madrid
Etiquetas:
ballet,
cecilia figaredo,
conciertos,
conde duque,
crowded house,
felicitas,
julio bocca,
madrid,
noche de reyes,
shakespeare,
teatro,
ygor yebra
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario