martes, 15 de julio de 2008

Verdana

Él salía del avión. Ella le dijo: gracias por viajar con nosotros. Él recordó algo y le preguntó: perdone, creo que he olvidado un libro en mi asiento, ¿le importa que vuelva a por él? Ella contestó: señor, si no le importa, espere a que salga toda esta gente. Él asintió. Ella, sin embargo, se ofreció: bueno, intentaré llegar yo a su sitio, será más rápido, ¿cuál era su asiento? 36B, respondió él, muchas gracias, aquí la espero. Al rato ella apareció con el libro en la mano pero él ya no estaba. Preguntó a su compañero: ¿has visto al chico del libro? No, ¿qué chico? Ella miró el libro, lo abrió y vio algo escrito en su primera página blanca: “Él salía del avión. Ella le dijo, gracias por viajar con nosotros. Él la miró y le preguntó su nombre…”

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