domingo, 21 de septiembre de 2008

21 de septiembre

21 de julio, 21 de agosto, 21 de septiembre. dos meses sin escribir una sola palabra en este blog. hoy retomo la actividad de nuevo. han sido meses muy divertidos y estresantes. el primero, de vacaciones. el segundo de ansiedades y agobios laborales y existenciales. es increíble lo bien definido que ha estado esta vez el final del verano y el principio del otoño. ayer, camiseta, sol. hoy, paraguas y camisa de manga larga. el verano me llevó a formentera y canadá. de la primera, decir que fui muy feliz no haciendo absolutamente nada. la isla lo merece. de la segunda, decir que en los casi 20 días que por allí anduve probablemente no recorriera ni el 1 por 1,000,000 de sus metros de carreteras. y es que parece ser que geográficamente es el segundo país más grande del mundo. el este de este interesante mundo. más interesante cuanto menos parecido a estados unidos, sin duda, en cuanto a lo humano. lo natural no entiende de estúpidas fronteras políticas. aún así, también lo más bonito estaba del lado quebeçoise. y uno, en este viaje, pretendía disfrutar, aprender y desconectar también de su apasionado amor a la música. pero al final, no puede. dado que aprovechando las pocas semanas en que pueden los canadienses disfrutar del sol y de pasear por sus sitios en camisetas, organizan callejeros eventos que tienen muchas vecs a la música como punto central de interés. me pasó en kingston, a medio camino entre toronto y ottawa. una radio local organizaba en la plaza del pueblo, entre el vetusto (aproximadamente 100 años de antigüedad) y el puerto deportivo junto al principio del río, una serie de conciertos de bandas locales que, a su modo, interpretaban sus piezas alternadas con clásicos del rock. instrumentistas increíbles que probablemente en todos los casos fueran meros aficionados pero cuya destreza y conocimiento del cancionero popular rockero norteamericano (o anglosajón en general) deslumbran por su naturalidad. a este episodio siguieron unos cuantos más de semejante calibre. los más destacados fueron dos. dos que encontramos sin ir buscándolos. el primero de ellos, en quebec city. a esas horas en la que el parque de atracciones que es el centro histórico de la ciudad que cumplía este año su 400 aniversario se iba vaciando de turistas japoneses y de demás nacionalidades. a la entrada de la ciudad vieja, junto a una de las puertas, la más cercana a la ciudadela y al parlamento regional había una carpa de la que salía el lamento a lo jeff buckley de algún artista que a tenor de la calidez del sonido tenía que estar tocando en directo. los pies destrozados después de horas caminando nos agradecieron que entrásemos en la carpa y nos sentáramos a presenciar un espectáculo realmente especial: francoforce. huelga decir que quebec city está en el estado de quebec. y que es francoparlante. y que además usan un francés igual al que se hablaba en francia hace 200 años. y que además han luchado por dos cosas: mantenerlo tal y como se hablaba entonces y segundo mantenerlo libre de influencias anglófonas en lo que supone un juego de enorme dificultad habida cuenta de ser esa región una isla en un semicontinente de habla mayoritariamente inglesa. no daremos detalles del esfuerzo político por conseguirlo. eso sí, iremos al tema que nos ocupa. el concierto. patrocinado por decenas de empresas, la francoforce es una suerte de espectáculo de música en directo que ha juntado a los 12 artistas más relevantes de la música canadiense cantada en francés en un único y multidisciplinar grupo que interpreta dos o tres canciones de cada uno de ellos. la mezcla de estilos es por lo tanto explosiva. y el nivel de los músicos es realmente apabullante. imaginaos un grupo formado por 14 rufus wainwrights, tipos (y tipas) capaces de tocar piano, guitarra, teclados, batería, bajo y cantar a la vez, hacer coros y armonías vocales e incluso interpretar a capela coros celestiales, rapear y danzar clásicos y populares. una auténtica locura. nos lo pasamos de miedo. pero no pudimos más que coger un folleto que hablara de un movimiento del que desconozco su oficialidad o su espontaneidad. me quedo con jac gautreau, antoine gratton y la encantadora mélanie leblanc. en su página web hay enlaces a las páginas de todos los artistas. merece la pena darse una vuelta.el segundo episodio más relevante fue descubrir, aunque solo fuera viendo su última canción, al grupo indie de montreal tricot machine. un dúo de chico pianista cantante y chica cantante. de imagen de dibujos animados y colores vivos y canciones pop encantadoras.

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