¡cuánto tiempo ha pasado desde aquel orgullo del tercer mundo en televisión española! y mucho más desde cajón desastre e incluso la bola de cristal. desconozco si faemino y cansado han aparecido en la tele de este país con alguno de sus espectáculos los últimos diez años. sé que no habían desaparecido. lo sé porque con regularidad veía sus actuaciones anunciadas por madrid, sobre todo en dos locales: galileo galilei y la sala de carabanchel. y nunca había comprado entradas para verles... hasta el pasado sábado: ¡bien!
y nada ha cambiado. un espectáculo de algo más de una hora. fragmentado en seis o siete números. no sé si lo que contaron ya lo contaban hace veinte años. yo no recordaba ni una sola de estas historias. lo que sí sé es que siguen igual. exactamente igual. cansado no para de hablar y faemino es el contrapunto perfecto.
pero... que absurdo es escribir una crónica sobre una actuación humorística. no tiene ni puta gracia. aquí termina mi pequeña aportación a su mito.
martes, 29 de enero de 2008
this is england
me imaginaba esta historia rodada en españa y me venía a la mente la historia de "volando voy", el ladronzuelo de coches que acabó siendo piloto de karts y algo semejante a los rallys. no sé, quizás la cercanía temporal (que no es en realidad tanta), el perfil marginado de la situación y los allí situados.
pero donde el cine español nunca o casi nunca consigue llegar, otros cines más ajenos dan en el clavo. y es que una historia iniciática que tenga que ver son el movimiento skinhead en plenos años ochenta ya sé yo como casi cualquiera la hubiera rodado. y sé bien como casi nadie lo hubiera hecho. por eso me gusta tanto "this is england".
siempre me ha llamado la atención la estética skin head. tan contradictorio. tan cerca de lo mod. de lo jamaicano. amantes del ska. de la música negra de los años sesenta. pero a su vez con el "sanbenito" racista, que si es en inglaterra es de odio visceral a todo lo que huela a, por ejemplo, "paki".
esta película, sin embargo, se me antoja absolutamente necesaria. porque nos recuerda a los que fuimos adolesencetes en los años ochenta, que en aquellos años había que ser algo. había que ser heavy. o mod, o siniestro, o nuevo romántico o roquer, o incluso, porqué no, pijo. esas tribus urbanas que importábamos de inglaterra y que tanto nos fascinaban en los últimos años de colegio y primeros de instituto. y es que se podía ser skin solo por estética y por gustos musicales. muy alejado de ideologías políticas. simplemente por asociaciones estéticas. como muchos de los skinheads de esta película, que saben distinguir entre su pandilla y los chicos del frente nacional.
el chaval que interpreta al protagonista es un descubrimiento: de pringado con pantalón de pata de elefante a mascota de la pandilla de malotes de los mayores y de ahí a ojito derecho del más bestia de sus muy mayores.
y qué decir de la música.
lo dicho, this is england es una muestra perfecta de cómo contar una historia y muchas más en paralelo sin caer en la demagogia, sin ser panfletario, sin ir por el mundo del cine dando lecciones y, lo que es más de agradecer, sin necesidad de colarnos ninguna moralina final.
pero donde el cine español nunca o casi nunca consigue llegar, otros cines más ajenos dan en el clavo. y es que una historia iniciática que tenga que ver son el movimiento skinhead en plenos años ochenta ya sé yo como casi cualquiera la hubiera rodado. y sé bien como casi nadie lo hubiera hecho. por eso me gusta tanto "this is england".
siempre me ha llamado la atención la estética skin head. tan contradictorio. tan cerca de lo mod. de lo jamaicano. amantes del ska. de la música negra de los años sesenta. pero a su vez con el "sanbenito" racista, que si es en inglaterra es de odio visceral a todo lo que huela a, por ejemplo, "paki".
esta película, sin embargo, se me antoja absolutamente necesaria. porque nos recuerda a los que fuimos adolesencetes en los años ochenta, que en aquellos años había que ser algo. había que ser heavy. o mod, o siniestro, o nuevo romántico o roquer, o incluso, porqué no, pijo. esas tribus urbanas que importábamos de inglaterra y que tanto nos fascinaban en los últimos años de colegio y primeros de instituto. y es que se podía ser skin solo por estética y por gustos musicales. muy alejado de ideologías políticas. simplemente por asociaciones estéticas. como muchos de los skinheads de esta película, que saben distinguir entre su pandilla y los chicos del frente nacional.
el chaval que interpreta al protagonista es un descubrimiento: de pringado con pantalón de pata de elefante a mascota de la pandilla de malotes de los mayores y de ahí a ojito derecho del más bestia de sus muy mayores.
y qué decir de la música.
lo dicho, this is england es una muestra perfecta de cómo contar una historia y muchas más en paralelo sin caer en la demagogia, sin ser panfletario, sin ir por el mundo del cine dando lecciones y, lo que es más de agradecer, sin necesidad de colarnos ninguna moralina final.
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glastonbury
la película. mejor dicho: el documental. de julien temple, para más señas. más de dos horas de mejunje sonoro y visual. mezcla de imágenes de, probablemente, decenas de momentos en la dilatada historia de este mítico festival musical inglés que se celebra en la mágica localidad de galstonbury, en el valle del avalon, donde dicen que anda el santo grial (vaya, los del código da vinci no estarían muy de acuerdo; tampoco spielberg y su tercer indiana jones; tampoco, etc., etc.).
glastonbury mezcla sin rigor y con poco sentido imágenes captadas por fuentes del más diverso proceder: desde profesionales de la cámara provenientes de la productora, la BBC, que ofrece los momentos musicales más vibrantes (me quedo con el destrozo que joe strummer hace de toda cámara que ve cerca del escenario y con el heroes de david bowie que casi cierra los más de 120 minutos de metraje) hasta las cámaras de aficionados que durante lustros han inmortalizado sus vivencias entre el barro, mugre y el ritmo sin fin de los artistas invitados y los espectadores convertidos en artistas.
la intención de julien temple es clara: mezclemos todo el material para recrear tres jornadas completas de festival, como si de un homenaje a todo el que lo ha vivido se tratase. y el problema es que si no lo has vivido, si no has estado allím el resultado no engancha: es irregular, casi siempre poco sorprendente. además, la filmación carece de ritmo. también de coherencia musical, aunque quizás sea ésta incoherencia una de las señas de identidad de glastonbury. creo que cualquiera podría hacer algo de semejante nivel cinematográfico. intercalando imágenes de actuaciones de ediciones recientes de los últimos años y algunas cosas de los años 90, con imágenes caseras y de archivo de actuaciones de los años setenta. con poco material de los ochenta. con especial insistencia en el problema del organizador, el granjero michael eavis, que supuestamente dedica los terrenos al pastoreo de sus vacas el resto del año, con los "travellers", esa tribu ¿urbana? heredera de los hippies y que por aquí llamamos "perroflautas". esos "outsiders" a los que michael permitía vivir en sus terrenos a cambio de dar una nota de color estrafalario y circense a un festival que poco a poco fue engullendo el "mainstream": muro-contra-los-que-se-quieran-colar incluído.
siempre quise ir a glastonbury. cuando rondaba los dieciochoaños pensé en gastarme los ahorros de un trabajo preveraniego en irme a pasar tres días de música en el campo. nunca lo hice. y creo que ya nunca lo haré. festivales hay por doquier y hoy me agobian mucho. y no le veo emoción a estar tres o cuatro días sin dormir, sucio, borracho y "endrogado". el leitmotiv del festival de glastonbury era la música como catalizador de una libertad efímera a quemar en cuatro días y cuatro noches de infarto (e incienso), de paz (y desgaste), de amor (y sexo). hoy quizás de aquello no quede más que un bonito recuerdo en la cabeza de muchos aburguesados cincuentones que siguen yendo a "ser ellos mismos" por unos días: ¡qué ironía de la vida el ir tan contento e ilusionado a un sitio para sentir lo que de verdad sientes y eres... y que sepas positivamente que solo lo vas a ser tres días al año! ¡la depresión post-festivalera debe ser tremenda!
glastonbury mezcla sin rigor y con poco sentido imágenes captadas por fuentes del más diverso proceder: desde profesionales de la cámara provenientes de la productora, la BBC, que ofrece los momentos musicales más vibrantes (me quedo con el destrozo que joe strummer hace de toda cámara que ve cerca del escenario y con el heroes de david bowie que casi cierra los más de 120 minutos de metraje) hasta las cámaras de aficionados que durante lustros han inmortalizado sus vivencias entre el barro, mugre y el ritmo sin fin de los artistas invitados y los espectadores convertidos en artistas.
la intención de julien temple es clara: mezclemos todo el material para recrear tres jornadas completas de festival, como si de un homenaje a todo el que lo ha vivido se tratase. y el problema es que si no lo has vivido, si no has estado allím el resultado no engancha: es irregular, casi siempre poco sorprendente. además, la filmación carece de ritmo. también de coherencia musical, aunque quizás sea ésta incoherencia una de las señas de identidad de glastonbury. creo que cualquiera podría hacer algo de semejante nivel cinematográfico. intercalando imágenes de actuaciones de ediciones recientes de los últimos años y algunas cosas de los años 90, con imágenes caseras y de archivo de actuaciones de los años setenta. con poco material de los ochenta. con especial insistencia en el problema del organizador, el granjero michael eavis, que supuestamente dedica los terrenos al pastoreo de sus vacas el resto del año, con los "travellers", esa tribu ¿urbana? heredera de los hippies y que por aquí llamamos "perroflautas". esos "outsiders" a los que michael permitía vivir en sus terrenos a cambio de dar una nota de color estrafalario y circense a un festival que poco a poco fue engullendo el "mainstream": muro-contra-los-que-se-quieran-colar incluído.
siempre quise ir a glastonbury. cuando rondaba los dieciochoaños pensé en gastarme los ahorros de un trabajo preveraniego en irme a pasar tres días de música en el campo. nunca lo hice. y creo que ya nunca lo haré. festivales hay por doquier y hoy me agobian mucho. y no le veo emoción a estar tres o cuatro días sin dormir, sucio, borracho y "endrogado". el leitmotiv del festival de glastonbury era la música como catalizador de una libertad efímera a quemar en cuatro días y cuatro noches de infarto (e incienso), de paz (y desgaste), de amor (y sexo). hoy quizás de aquello no quede más que un bonito recuerdo en la cabeza de muchos aburguesados cincuentones que siguen yendo a "ser ellos mismos" por unos días: ¡qué ironía de la vida el ir tan contento e ilusionado a un sitio para sentir lo que de verdad sientes y eres... y que sepas positivamente que solo lo vas a ser tres días al año! ¡la depresión post-festivalera debe ser tremenda!
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lunes, 21 de enero de 2008
9 songs
acabo de ver la película de michael winterbotton "9 songs" y lo mejor que puedo decir al respecto es que me alegra mucho no haber ido al cine a verla. vaya tostón. una relación de pareja entre un inglés y una americana un poco más joven que él que no hacen más que follar e ir a conciertos juntos. joder, que es una vida que me da mucha envidia, sobre todo si la ocupación de él es volar en avioneta sobre la antártida para buscar hielo milenario, pero es que esto y el cine están bastante lejos. y mira que las canciones, casi todas en directo en el brixton academy de londres, son de grupos que me gustan: franz ferdinand, black rebel motorcycle club, elbow. pero es que ni por esas. hace unos años (no tantos en realidad) habría matado por una entrada para ir a ver en el cine una canción de cada uno de estos grupos indies ingleses o americanos que seguramente no pasaran por españa más que de incógnito en verano a bañarse en la playa. pero es que hoy, que son los ingleses los que se vienen a españa a ver a sus propios grupos (y es que seguro que les sale rentable el abono festival + avión + hotel porque los precios de los conciertos de artistas "consagrados" en londres son para seleccionar y mucho en qué te gastas tu dinero) tenemos conciertos de estos a puñados y ya no impactan como pudieron hacerlo más de diez años atras (recuerdo que en casa de mis padres me grababa un programa de videos musicales que echaban en el superchannel - cadena que cogíamos por la parabólica comunitaria - solo para ver las pintas y los nombres de los últimos grupos: ¡¡porque el canal llegaba sin sonido!! ¿hay algo más estúpido? pues no: ávido de música de ésta como estaba y más tieso que la mojama en cuestiones pecunarias leía el ruta 66 y veía videos sin sonido imaginando feedbacks interminables y letras profundas en un inglés que quizás pudiera entender: hay que ver cómo ha cambiado todo en tan poco tiempo)
pierdo el hilo: si los grupos en directo no son aliciente en la peli (eso sí, se agradece que las imágenes sean grabadas desde el punto de vista de un sencillo espectador, aunque se echa de menos el roce y el sudor) y de sexo estamos también bastante nutridos si queremos (que no digo de hacerlo, pero sí de verlo: no quisiera alardear de don juan ni mucho menos)... que no le veo sentido a la peli. porque es que esto hoy no es transgresor, ¿no? y tampoco las imágenes de los polvos son demasiado poéticas, ¿no? y erotismo, poco, muy poco.
resumiendo, de lo peor de michael winterbottom que haya podido ver. sigo recomendando (y mucho) no obstante: 24 hours party people y wonderland.
pierdo el hilo: si los grupos en directo no son aliciente en la peli (eso sí, se agradece que las imágenes sean grabadas desde el punto de vista de un sencillo espectador, aunque se echa de menos el roce y el sudor) y de sexo estamos también bastante nutridos si queremos (que no digo de hacerlo, pero sí de verlo: no quisiera alardear de don juan ni mucho menos)... que no le veo sentido a la peli. porque es que esto hoy no es transgresor, ¿no? y tampoco las imágenes de los polvos son demasiado poéticas, ¿no? y erotismo, poco, muy poco.
resumiendo, de lo peor de michael winterbottom que haya podido ver. sigo recomendando (y mucho) no obstante: 24 hours party people y wonderland.
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3000 hombres sexteto en bogui jazz, madrid
a veces compras con semanas de antelación la entrada de un concierto. casi nunca te dejas caer por una sala para escuchar a quien quiera que toque. el sábado por la noche fuimos a ver al sexteto 3000 hombres atraídos por varias razones: la sala bogui jazz, un pequeño escenario en la calle barquillo de madrid que desde hace un tiempo, junto a la sala junco de la plaza de santa bárbara, están animando el panorama de música de jazz en directo. la segunda razón, ver a una formación, 3000 hombres, que se está prodigando últimamente en un montón de escenarios haciendo eso tan difuso que llaman "música negra". y la tercera y más personal, porque nos apetecía ver música en directo, como no.
sentados en un poco cómodo banco asistimos a los dos pases de música negra de esta internacional banda (por eso de los apellidos de los músicos: norman hogue, habitual de los escenarios jazzeros de madrid entre ellos). como mandan los cánones en este tipo de salas de conciertos, los grupos anunciados llevan en letra pequeña el nombre e instrumento tocado por cada músico: batería, bajista y guitarrista (que supongo yo que será la formación habitual de 3000 hombres) y dos trombones de varas y un saxo tenor (que digo yo que será la razón por la que hoy 3000 hombres se hacen seguir de ese nombre, "sexteto"). la formación es espléndida. batería, bajo y guitarra son brillantes. a mí me suena que estos chicos, al menos el bajista y el guitarrista tocaban con xoel en deluxe en aquella gira del "que no, que no"... la música negra de la que habla la "prensa" es básicamente blues, blues rápido (un poco de rock and roll clásico, un poco de boogie), un poco de swing (auspiciado por los vientos: magníficos sobre todos cuando tocan a tres voces), algo de funk y un bastante de improvisación: que si no, parece que esto no es jazz: improvisación que viene sobre todo de la mano de los vientos: ahora un solo de un trombón, ahora un solo del otro trombón, ahora un solo de saxo. de vez en cuando, un solo de guitarra (excelente). y, para que el resto tenga también lo suyo, un pequeño guiño del batería y un solo del bajista (el solo menos interesante a lo mejor, y es que si hubiese sido un contrabajo... aunque el trabajo del solo es enorme). versiones, cayeron algunas cuantas que servidor reconociera: mi favorita fue "get up" de bob marley y pete tosh. derroche de musicalidad. pero se echó en falta algo de alma. y es que se echó un poco de menos de, valga la redundancia, soul. y también le sobró a este por otra parte encantado espectador el desdén con el que a veces se trataban los músicos entre sí (probablemente no fuera así, pero así se percibía desde abajo) y el pasotismo de algunas maneras en el escenario: vale que es una música muy de improvisar pero eso de subir y bajar del escenario cada dos por tres o poner cara de aburrimiento cuando el solo lo está haciendo otro, no queda demasiado bien.
resumiendo. muy buen grupo para ver en directo. y si se prescinde de los vientos (suponemos que esto pasará cuando se anuncien como 3000 hombres a secas) nos quedamos con una banda que debe ser una auténtica máquina de tocar rock and roll. a ver si se les puede ver en breve de nuevo (que seguro que sí, que parece que tocan mucho por madrid). investigaré ahora en internet su vida y discografía, que según estoy leyendo ya, creo que he metido la pata varias veces en esta humilde crónica, glubs. espero que me perdonen pero no pienso revisar el texto.
sentados en un poco cómodo banco asistimos a los dos pases de música negra de esta internacional banda (por eso de los apellidos de los músicos: norman hogue, habitual de los escenarios jazzeros de madrid entre ellos). como mandan los cánones en este tipo de salas de conciertos, los grupos anunciados llevan en letra pequeña el nombre e instrumento tocado por cada músico: batería, bajista y guitarrista (que supongo yo que será la formación habitual de 3000 hombres) y dos trombones de varas y un saxo tenor (que digo yo que será la razón por la que hoy 3000 hombres se hacen seguir de ese nombre, "sexteto"). la formación es espléndida. batería, bajo y guitarra son brillantes. a mí me suena que estos chicos, al menos el bajista y el guitarrista tocaban con xoel en deluxe en aquella gira del "que no, que no"... la música negra de la que habla la "prensa" es básicamente blues, blues rápido (un poco de rock and roll clásico, un poco de boogie), un poco de swing (auspiciado por los vientos: magníficos sobre todos cuando tocan a tres voces), algo de funk y un bastante de improvisación: que si no, parece que esto no es jazz: improvisación que viene sobre todo de la mano de los vientos: ahora un solo de un trombón, ahora un solo del otro trombón, ahora un solo de saxo. de vez en cuando, un solo de guitarra (excelente). y, para que el resto tenga también lo suyo, un pequeño guiño del batería y un solo del bajista (el solo menos interesante a lo mejor, y es que si hubiese sido un contrabajo... aunque el trabajo del solo es enorme). versiones, cayeron algunas cuantas que servidor reconociera: mi favorita fue "get up" de bob marley y pete tosh. derroche de musicalidad. pero se echó en falta algo de alma. y es que se echó un poco de menos de, valga la redundancia, soul. y también le sobró a este por otra parte encantado espectador el desdén con el que a veces se trataban los músicos entre sí (probablemente no fuera así, pero así se percibía desde abajo) y el pasotismo de algunas maneras en el escenario: vale que es una música muy de improvisar pero eso de subir y bajar del escenario cada dos por tres o poner cara de aburrimiento cuando el solo lo está haciendo otro, no queda demasiado bien.
resumiendo. muy buen grupo para ver en directo. y si se prescinde de los vientos (suponemos que esto pasará cuando se anuncien como 3000 hombres a secas) nos quedamos con una banda que debe ser una auténtica máquina de tocar rock and roll. a ver si se les puede ver en breve de nuevo (que seguro que sí, que parece que tocan mucho por madrid). investigaré ahora en internet su vida y discografía, que según estoy leyendo ya, creo que he metido la pata varias veces en esta humilde crónica, glubs. espero que me perdonen pero no pienso revisar el texto.
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viernes, 18 de enero de 2008
mapas para amantes perdidos vs promesas del este
¿qué tienen que ver la última película de david cronenberg (eastern promises) y el celebrado libro de nadeen aslam? poco, diréis los que hayáis leído y visto respectivamente ambas obras. y poco diría yo si es que tuviera que responder esta pregunta. sí. no quiero que esta breve entrada en este humilde blog peque de pedante y pretenciosa. no haré un ejercicio de literatura y cine comparado. simplemente dio la casualidad de que el día que acababa de leer el interesante libro del pakistaní afincado en londres vi la película de cronenberg sobre los tejemanejes de una mafiosa familia rusa (en londres también). y quería celebrar cómo el cine y los libros pueden ser más ilustrativos que cientos de telediarios y periódicos, ya sea a través de los ojos del padre y la madre de una familia pakistaní residiendo en un gueto en el norte de inglaterra o a través de los ojos de un misterioso chófer ruso que poco a poco se va enamorando de una enfermera de su misma ascendencia en un oscuro y duro relato de mafias de prostitución en el londres de hoy.
pocos días después vi en canal plus una comedia de fernando colomo (¿comedia de fernando colomo debería ser considerado un género en sí mismo?) titulada "el próximo oriente". y sí, es verdad que la emigración de muy lejos se estableció hace más de cincuenta años en la pérfida albión y es algo muy pero que muy reciente en españa pero... ¿no hay algo más parecido a manual para amantes perdidos o promesas del este en nuestro país? la verdad es que supongo que lo más parecido serán los programas de la tele de cámara oculta o cosas tipo callejeros, que lo único que hacen es ponernos los pelos de punto porque sabemos que lo que vemos no es ficción sino pura realidad. el cine español sigue estando lejos de ser buen cine. y más con una cosecha como la del año pasado.
pd: "chapeau" para viggo mortensen. me tenía este hombre preocupado después de su desconcertante trabajo en ese atentado contra el cine que es "alatriste".
pocos días después vi en canal plus una comedia de fernando colomo (¿comedia de fernando colomo debería ser considerado un género en sí mismo?) titulada "el próximo oriente". y sí, es verdad que la emigración de muy lejos se estableció hace más de cincuenta años en la pérfida albión y es algo muy pero que muy reciente en españa pero... ¿no hay algo más parecido a manual para amantes perdidos o promesas del este en nuestro país? la verdad es que supongo que lo más parecido serán los programas de la tele de cámara oculta o cosas tipo callejeros, que lo único que hacen es ponernos los pelos de punto porque sabemos que lo que vemos no es ficción sino pura realidad. el cine español sigue estando lejos de ser buen cine. y más con una cosecha como la del año pasado.
pd: "chapeau" para viggo mortensen. me tenía este hombre preocupado después de su desconcertante trabajo en ese atentado contra el cine que es "alatriste".
fountains of wayne en la sala joy eslava, madrid
uno de los conciertos más esperados por la parroquia "powerpopera" madrileña era el de ayer de fountains of wayne en la sala joy eslava de madrid. yo me lo tomé desde un principio como un desafío. son un grupo que me encantó con su primer disco (fountains of wayne), me gustó también mucho con su segundo largo (aunque no estuviera plagado de gemas pop como el primero) y que con el tercero (welcome interstate managers) se situó en la madurez como banda: muy buenas canciones, muy bien arregladas, con un sonido estupendo y apabullante, muy bien cantadas, letras entretenidas... pero faltos de nuevo de ese "no sé qué" que tenían "i´ve got a flair", "sink to the bottom", "radiation vibe" o "survival car". y no es porque estas canciones las conociera más de 10 años atrás cuando era mucho más impresionable (desgraciadamente, aunque uno se empeñe en no dejar de serlo, siempre el mundo le va a haciendo cada vez menos capaz de "epatarse"). no creo que sea por eso. porque hoy escucho sus tres primeros discos juntos de seguido y sigo quedándome con el primero. aunque me haga gracia su aproximación al country o me haga sonreir esa descarada copia de los hermanos gallagher que son hasta 3 canciones de su tercer largo.
decía que para mí este concierto era, en cierto modo, un desafío... un desafío a los prejuicios. intenté no emborracharme de ellos. y no porque los quiera tener sino porque parece que los que a mi alrededor se encuentran no dejan de recordarme los suyos propios. no, por favor, no me digáis de nuevo que son unos sosos. no me digáis que chris collingwood no se mueve, no sonríe, no habla con el público. no me digáis que adam es un cero a la izquierda en directo. no. dejadme ir con las orejas libres de obstáculos. y dejad a mis queridos fountains of wayne redimirse de tantos pecados en directo. porque, además, si seguís yendo a verles: será porque aún hay esperanza, ¿no? o es que somos masocas hasta con las pasiones públicas (que de las privadas cada uno hablará...)
reconozco no conocer de su nuevo disco más que el single que ha sonado por la radio: "someone to love". bonita. muy en su línea. no descubre nada. así que, en estas condiciones, me planto en una sala joy eslava a rebosar en la que, para mi sorpresa, todavía quedan entradas a la venta. algo que me invita a una reflexión que no tiene nada que ver con el grupo que iba a ver: ¿¡cómo es posible que aún quedaran entradas a la venta si sé de muchos que vieron (malamente) el concierto por no poder pasar del lateral de la barra y lo escucharon aún peor (que ese es seguro el peor sitio para escuchar un concierto)!? ¿quién controla el aforo de la sala? ¿acaso la joy eslava le dice a los promotores que en un concierto pueden meter tanta gente como a las horas en que esta sala funciona como discoteca (de niños o de adultos)? ojo. yo me estoy cansando de asistir muy incómodo a muchos conciertos. puede que la edad también tenga que ver pero... ¿no sería mejor limitar el aforo para garantizar que los que entramos, entramos bien?
me perdí a layabouts. no fue un buen día. no llegaba de buen humor a la joy eslava por una discusión personal mantenida minutos antes. mal rollo que hizo, claro, que llegara con la hora justa. afortunadamente cogí un sitio privilegiado. el sitio en el que esta sala suena siempre mejor: frente al escenario, delante de la mesa de mezclas. pero layabouts habían incluso recogido sus cosas. una pena. les vi hace unos meses en la casa encendida y me parecieron dignos de ver en directo: pura energía y ritmo guitarrero. adolecían de melodías memorables pero eso lo puede dar el tiempo. un noise rock de altura que, sinceramente, no creo que pegara mucho con fountains of wayne, pero claro, las promotoras de conciertos a la postre invitan a abrir para las estrellas consagradas a artistas por ellos represetados e intentan poner, de lo suyo, lo más parecido. supongo.
fountains of wayne saltaron al escenario a eso de las 21:45. la música de ambiente cesó y dio paso a un "speech" en inglés por encima del que el batería comenzó el ritmo de "i've got a flair". creo que fountains of wayne no pueden empezar un concierto con una canción mejor. el sonido no era malo. era peor. bombo altísimo. bajo difuso. teclados inexistentes. solo la guitarra solista y la sencilla rítmica de chris parecían sonar un poco mejor. pero tampoco. y lo que es peor: las voces. la nasal y estudiadamente rasgada a veces voz de chris sonaba, y sonó todo el concierto, como si le hubieran metido en una caverna enorme y fría: una horrible reverberación que acompañó al cantante durante todo el concierto y que deslució la actuación entera. al menos a mi entender. y fue realmente inexplicable, porque las voces de adam y el guitarra solista, empastadas con las ocasionales segundas voces y coros del teclista, sonaban mucho mejor, sin ese espantoso eco. en general el sonido se fue arreglando, pero poco. al final terminó sonando bien, pero no como debía haber sonado. no creo que el problema fuera de la banda. las guitarras, amplificadores y micrófonos son de calidad suficiente y ellos estaban muy bien conjuntados. y el sonido que sacaban a sus instrumentos era vibrante. pero la mesa de sonido quizás no fue capaz de encontrar el camino para poner todo en su sitio preciso. y fue una pena.
chris toca la guitarra rítmica. a veces coge la acústica. y por alguna razón, cada vez que la coge, todo suena peor (qué raro). y además, se queda con ella cuatro canciones seguidas, lo que da pie a que el concierto baje en intensidad, porque los fountains of wayne son mejores en los medios tiempos rápidos que en los medios tiempos lentos (que no tocan nunca ni muy deprisa ni muy despacio, curiosamente). y eso de abundar en un tipo de canción por no cambiar con más frecuencia de instrumento hace que el ritmo del concierto sea un poco extraño.
adam, al bajo. correcto, aunque confuso el sonido. eso sí, sus segundas voces y coros eran geniales.
prueba de que sí, de que es verdad que chris no se mueve casi nada es que a mí, que estaba alineado con él (y con el batería que tenía detrás), no me permitió verle la cara al batería en ningún momento. batería, por otra parte, bien, más divertido quizás en las tres o cuatro canciones del último disco que tienen un corte más rítmico y un aire más, quizás, ochentero (ojo, que digo esto tras haber oído anoche casi todas las canciones nuevas por primera vez).
el teclista no me gustó. y probablemente el no tenga la culpa. pero es que el sonido de piano que llegaba a mis orejas era el de un piano eléctrico feo, muy feo. y cuando tocaba el órgano y hacía efectos y percusiones, supongo que un poco mejor... pero tampoco se entendía demasiado.
para mí, el mejor de la banda fue el guitarrista solista. me puede ese sonido de les paul o telecaster contra un ampli de válvulas que crujen. pero es que también llenaba sin estorbar en los medios tiempos más lentos. y es que un gran guitarra de pop debe ser esto: cuando una memorable melodía y letra son interrumpidas, deben serlo porque algo de gran nivel va a mantener el nivel de la canción: y este tipo lo consigue. lo hace en disco y lo hace en directo. y en directo, ya se sabe, si te llega al interior cada solo, arpergio o acople y no te sabe a mucho y hace respirar la canción y justo en el clímaz vuelve el estribillo... en fin. de lo mejor de la noche. un gran tipo este muchacho. desconozco, la verdad si el batería y el guitarrista son de fountains of wayne desde el principio. espero que sí. las tocaba todas como si las hubiera hecho él.
el repertorio de la parte principal del concierto fue muy acertado. de hecho yo, a la vista de los dos bises, hubiera restringido estos dos últimos tramos de concierto (unas seis canciones en total) y hubiese tocado sólo la última que hicieron: maravillosa "sink to the bottom". los bises fueron lentos y aburridos. ninguno, salvo la mencionada, de sus hits. una pena. y es que a veces hay que dejar a la gente con ganas de más (sin pasarse, a ver si van a volver los tiempos de aquellos conciertos de 45 minutos de the jesus and mary chain en los que querías pegarles para recuperar tu dinero).
pero sin embargo, el grueso del concierto, fue excelente. tocaron canciones de todos sus discos, alternaron lo más "power" con lo más "pop": aburrieron con su percepción demasiado obvia de la "música country": creo que no pega este estilo en su repertorio. rescataron, que ahora recuerde, "radiation vibe", "survival car", "i've got a flair" (apertura) y "sick day" de su largo de debut, "denise", "it must be summer", "the valley of malls" (con un par de invitados tocando percusión) y "troubled times" de "utopia parkway", "mexican wine" (cuya interpretación fue introducida por chris comentando que estaba bebiéndose una cerveza sin alcohol, en clara alusión a la prohibición que de esta canción hizo la MTV por eso de que la chica bebía "vino mexicano"), su mayor hit para los grandes públicos ("stacy's mom"), la preciosa "hackensack", "valley winter song", "hey julie" de "welcome interstate managers" y "someone to love" y otras que desconocía de su último largo "traffic and weather", donde a tenor de lo oído coquetean peligrosamente con el AOR más convencional.
es verdad que chris collingwood no se mueve casi nada, que adam schlesinger apenas abre la boca para decir nada y que se limita a cantar y tocar y mostrar media sonrisa. sí, algo parados son estos chicos. pero creo que no más que muchos otros grupos de su mismo palo. creo que el problema de conexión-desconexión con el público viene de más abajo. de las canciones como tales. las interpretan bastante mecánicamente. no hay mucho alma. y tampoco les interesa, creo yo, que la haya. es que a lo mejor para eso ya hay otra gente. no, no le he visto mucha diferencia al concierto de fountains of wayne en cuanto a actitud si lo comparo con gente de su palo como weezer, matheew sweet o teenage fanclub. y casi mejor. si fueran de los que no paran de dar botes a lo mejor les hubiera pasado como a los posies, que de repente se creyeron macarras y para mí perdieron parte de su encanto.
dejaré ya de disertar sobre este concierto. aunque he de decir que hoy, más que nunca, necesitaba escribir lo que anoche pasó por mi cabeza. y es que siendo yo como soy de naturaleza tímida y poco rápido al expresarme en público ayer fui bombardeado por titulares, subtítulares y descripciones de todos los tipos por toda la gente que conozco, estuvo en la joy eslava y quería contarme lo que pensaba del concierto. me encanta eso de:
- hombre, chaval, ¿cómo estás? ¿te ha gustado?
- sí, bueno...
- ha sido la hostia (ó, de-cep-cio-nan-te, ó buuuuuu, ó mucho mejor que en el...)
¿pero para qué coño preguntas? hey, si alguno me lee: sin acritud, je, je.
decía que para mí este concierto era, en cierto modo, un desafío... un desafío a los prejuicios. intenté no emborracharme de ellos. y no porque los quiera tener sino porque parece que los que a mi alrededor se encuentran no dejan de recordarme los suyos propios. no, por favor, no me digáis de nuevo que son unos sosos. no me digáis que chris collingwood no se mueve, no sonríe, no habla con el público. no me digáis que adam es un cero a la izquierda en directo. no. dejadme ir con las orejas libres de obstáculos. y dejad a mis queridos fountains of wayne redimirse de tantos pecados en directo. porque, además, si seguís yendo a verles: será porque aún hay esperanza, ¿no? o es que somos masocas hasta con las pasiones públicas (que de las privadas cada uno hablará...)
reconozco no conocer de su nuevo disco más que el single que ha sonado por la radio: "someone to love". bonita. muy en su línea. no descubre nada. así que, en estas condiciones, me planto en una sala joy eslava a rebosar en la que, para mi sorpresa, todavía quedan entradas a la venta. algo que me invita a una reflexión que no tiene nada que ver con el grupo que iba a ver: ¿¡cómo es posible que aún quedaran entradas a la venta si sé de muchos que vieron (malamente) el concierto por no poder pasar del lateral de la barra y lo escucharon aún peor (que ese es seguro el peor sitio para escuchar un concierto)!? ¿quién controla el aforo de la sala? ¿acaso la joy eslava le dice a los promotores que en un concierto pueden meter tanta gente como a las horas en que esta sala funciona como discoteca (de niños o de adultos)? ojo. yo me estoy cansando de asistir muy incómodo a muchos conciertos. puede que la edad también tenga que ver pero... ¿no sería mejor limitar el aforo para garantizar que los que entramos, entramos bien?
me perdí a layabouts. no fue un buen día. no llegaba de buen humor a la joy eslava por una discusión personal mantenida minutos antes. mal rollo que hizo, claro, que llegara con la hora justa. afortunadamente cogí un sitio privilegiado. el sitio en el que esta sala suena siempre mejor: frente al escenario, delante de la mesa de mezclas. pero layabouts habían incluso recogido sus cosas. una pena. les vi hace unos meses en la casa encendida y me parecieron dignos de ver en directo: pura energía y ritmo guitarrero. adolecían de melodías memorables pero eso lo puede dar el tiempo. un noise rock de altura que, sinceramente, no creo que pegara mucho con fountains of wayne, pero claro, las promotoras de conciertos a la postre invitan a abrir para las estrellas consagradas a artistas por ellos represetados e intentan poner, de lo suyo, lo más parecido. supongo.
fountains of wayne saltaron al escenario a eso de las 21:45. la música de ambiente cesó y dio paso a un "speech" en inglés por encima del que el batería comenzó el ritmo de "i've got a flair". creo que fountains of wayne no pueden empezar un concierto con una canción mejor. el sonido no era malo. era peor. bombo altísimo. bajo difuso. teclados inexistentes. solo la guitarra solista y la sencilla rítmica de chris parecían sonar un poco mejor. pero tampoco. y lo que es peor: las voces. la nasal y estudiadamente rasgada a veces voz de chris sonaba, y sonó todo el concierto, como si le hubieran metido en una caverna enorme y fría: una horrible reverberación que acompañó al cantante durante todo el concierto y que deslució la actuación entera. al menos a mi entender. y fue realmente inexplicable, porque las voces de adam y el guitarra solista, empastadas con las ocasionales segundas voces y coros del teclista, sonaban mucho mejor, sin ese espantoso eco. en general el sonido se fue arreglando, pero poco. al final terminó sonando bien, pero no como debía haber sonado. no creo que el problema fuera de la banda. las guitarras, amplificadores y micrófonos son de calidad suficiente y ellos estaban muy bien conjuntados. y el sonido que sacaban a sus instrumentos era vibrante. pero la mesa de sonido quizás no fue capaz de encontrar el camino para poner todo en su sitio preciso. y fue una pena.
chris toca la guitarra rítmica. a veces coge la acústica. y por alguna razón, cada vez que la coge, todo suena peor (qué raro). y además, se queda con ella cuatro canciones seguidas, lo que da pie a que el concierto baje en intensidad, porque los fountains of wayne son mejores en los medios tiempos rápidos que en los medios tiempos lentos (que no tocan nunca ni muy deprisa ni muy despacio, curiosamente). y eso de abundar en un tipo de canción por no cambiar con más frecuencia de instrumento hace que el ritmo del concierto sea un poco extraño.
adam, al bajo. correcto, aunque confuso el sonido. eso sí, sus segundas voces y coros eran geniales.
prueba de que sí, de que es verdad que chris no se mueve casi nada es que a mí, que estaba alineado con él (y con el batería que tenía detrás), no me permitió verle la cara al batería en ningún momento. batería, por otra parte, bien, más divertido quizás en las tres o cuatro canciones del último disco que tienen un corte más rítmico y un aire más, quizás, ochentero (ojo, que digo esto tras haber oído anoche casi todas las canciones nuevas por primera vez).
el teclista no me gustó. y probablemente el no tenga la culpa. pero es que el sonido de piano que llegaba a mis orejas era el de un piano eléctrico feo, muy feo. y cuando tocaba el órgano y hacía efectos y percusiones, supongo que un poco mejor... pero tampoco se entendía demasiado.
para mí, el mejor de la banda fue el guitarrista solista. me puede ese sonido de les paul o telecaster contra un ampli de válvulas que crujen. pero es que también llenaba sin estorbar en los medios tiempos más lentos. y es que un gran guitarra de pop debe ser esto: cuando una memorable melodía y letra son interrumpidas, deben serlo porque algo de gran nivel va a mantener el nivel de la canción: y este tipo lo consigue. lo hace en disco y lo hace en directo. y en directo, ya se sabe, si te llega al interior cada solo, arpergio o acople y no te sabe a mucho y hace respirar la canción y justo en el clímaz vuelve el estribillo... en fin. de lo mejor de la noche. un gran tipo este muchacho. desconozco, la verdad si el batería y el guitarrista son de fountains of wayne desde el principio. espero que sí. las tocaba todas como si las hubiera hecho él.
el repertorio de la parte principal del concierto fue muy acertado. de hecho yo, a la vista de los dos bises, hubiera restringido estos dos últimos tramos de concierto (unas seis canciones en total) y hubiese tocado sólo la última que hicieron: maravillosa "sink to the bottom". los bises fueron lentos y aburridos. ninguno, salvo la mencionada, de sus hits. una pena. y es que a veces hay que dejar a la gente con ganas de más (sin pasarse, a ver si van a volver los tiempos de aquellos conciertos de 45 minutos de the jesus and mary chain en los que querías pegarles para recuperar tu dinero).
pero sin embargo, el grueso del concierto, fue excelente. tocaron canciones de todos sus discos, alternaron lo más "power" con lo más "pop": aburrieron con su percepción demasiado obvia de la "música country": creo que no pega este estilo en su repertorio. rescataron, que ahora recuerde, "radiation vibe", "survival car", "i've got a flair" (apertura) y "sick day" de su largo de debut, "denise", "it must be summer", "the valley of malls" (con un par de invitados tocando percusión) y "troubled times" de "utopia parkway", "mexican wine" (cuya interpretación fue introducida por chris comentando que estaba bebiéndose una cerveza sin alcohol, en clara alusión a la prohibición que de esta canción hizo la MTV por eso de que la chica bebía "vino mexicano"), su mayor hit para los grandes públicos ("stacy's mom"), la preciosa "hackensack", "valley winter song", "hey julie" de "welcome interstate managers" y "someone to love" y otras que desconocía de su último largo "traffic and weather", donde a tenor de lo oído coquetean peligrosamente con el AOR más convencional.
es verdad que chris collingwood no se mueve casi nada, que adam schlesinger apenas abre la boca para decir nada y que se limita a cantar y tocar y mostrar media sonrisa. sí, algo parados son estos chicos. pero creo que no más que muchos otros grupos de su mismo palo. creo que el problema de conexión-desconexión con el público viene de más abajo. de las canciones como tales. las interpretan bastante mecánicamente. no hay mucho alma. y tampoco les interesa, creo yo, que la haya. es que a lo mejor para eso ya hay otra gente. no, no le he visto mucha diferencia al concierto de fountains of wayne en cuanto a actitud si lo comparo con gente de su palo como weezer, matheew sweet o teenage fanclub. y casi mejor. si fueran de los que no paran de dar botes a lo mejor les hubiera pasado como a los posies, que de repente se creyeron macarras y para mí perdieron parte de su encanto.
dejaré ya de disertar sobre este concierto. aunque he de decir que hoy, más que nunca, necesitaba escribir lo que anoche pasó por mi cabeza. y es que siendo yo como soy de naturaleza tímida y poco rápido al expresarme en público ayer fui bombardeado por titulares, subtítulares y descripciones de todos los tipos por toda la gente que conozco, estuvo en la joy eslava y quería contarme lo que pensaba del concierto. me encanta eso de:
- hombre, chaval, ¿cómo estás? ¿te ha gustado?
- sí, bueno...
- ha sido la hostia (ó, de-cep-cio-nan-te, ó buuuuuu, ó mucho mejor que en el...)
¿pero para qué coño preguntas? hey, si alguno me lee: sin acritud, je, je.
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sábado, 12 de enero de 2008
the star spangles en la sala boite, madrid
llego a la sala "boite" a la tercera canción de vice&vanity, quinteto de rock and roll de madrid que ejerce de telonero de la actuación de los neoyorquinos "the star spangles". puesta en escena punk roquera y de formación clásica: batería de fuerte pegada, bajista correcto que ayuda en unos coros que casi siempre son de estilo "hooligan", un par de guitarras que se reparten perfectamente los papeles: rítmica de manual punk roquero y apabullante sonido (salvo cuando para las últimas canciones se cambia la gibson sg por una rickenbacker que le da un aire más powerpopero al sonido del grupo) y guitarra solista a la que quizás le falte un poco de presencia en la mezcla que llega a mis oídos (y eso que estoy muy cerca del escenario, justo pegado al lado del amplificador del solista). finalmente, un cantante solista / frontman de voz apropiada pero que no termina de convencer en la distancia corta por eso tan frecuente que es el parecer que en lugar de actuando se está interpretando un papel que no es el tuyo. el grupo tiene un nteresante aire a lo "091" pero probablemente suenen más a burning, loquillo e incluso, más cercanos en el tiempo, a las canciones menos pop de superventas como el canto del loco. las letras son casi todas en castellano pero el volumen es tan brutal que apenas se distinguen: solo se cojen palabras o frases sueltas. una pena que a veces se confunda volumen con energía (probablemente "the star spangles" toquen a menos volumen pero consiguen transmitir muchísima más energía (sobre todo cuando suenan juntas las dos guitarras)). vice & vanity, a mi gusto, hacen un concierto demasiado largo para ser los teloneros, aparte de que tampoco parecen estar en el papel de "calentadores" de la actuación del grupo titular. es algo muy habitual entre los grupos españoles que abren para grupos de fuera que son a los que la gente realmente va a ver: abusan de la duración de las actuaciones y lo que hubiera podido ser un muy buen sabor de boca (si hubieran prescindido de 5 o 6 canciones) se torna en un poco de indiferencia provocada por la escucha seguida de tantos temas desconocidos y tan parecidos en su planteamiento. chapeau no obstante a las ganas con las que tocan y a su calidad como grupo. cierran con una en inglés para la que piden la colaboración de alguien del camerino que nunca llega a aparecer: de cara al espectador tampoco es bueno este tipo de cosas... ¿qué pasó?
cambio de amplis, re-orden de batería y micros para que salte al escenario el grupo al que veníamos a ver: the star spangles. he de decir que no les conocía de nada hasta hace un par de días en que un amigo me habló de ellos diciéndome que para él habían hecho uno de los mejores discos del año pasado. conociendo los nuevaoleros, powerpoperos y souleros gustos de mi amigo, me encaminé hacia ese maravilloso invento llamado myspace para escuchar las cinco canciones que ahí tenían colgadas. et voila!. sencillo y efectivo power-pop-punk-rock de guitarras que destaca por encima de miles y miles de grupos de idéntico planteamiento por dos razones: una voz cantante maravillosa, rasgada e increíblemente expresiva y unas melodías sencillas pero especialmente bonitas, tarareables y pegadizas: eso que cualquiera parecería capaz de hacer pero que solo unos pocos son capaces de pergeñar tan bien: y es que debe ser un don tener esta facilidad para crear melodías memorables.
the star spangles son en escena un clásico cuarteto de rock and roll setentero neoyorquino, más al estilo de los new york dolls que al de los ramones. más bum que parasites. un extraordinario cantante al frente que ocasionalmente deja la fender aparcada a un lado del escenario para únicamente cantar. un tipo de rostro plástico y gesticulante que hace girar de manera imposible las órbitas de los ojos y mueve la lengua fuera y dentro de su boca como tratando de expulsar sus propios demonios. todo un cruce entre david johansen, ricky gil, nick cave y shane macgowan. a ese último me recuerda, no porque tenga una dentadura podrida sino en la manera de cantar, hablar y moverse en el pequeño escenario de la boite. no tiene una actitud chulesca sino más bien nerviosa y tímida. y la banda en general actúa, no de manera desganada, pero sí con formas bastante desastrosas (y no pretendida y estudiadamente desastrosas, no es pose, no: es que deben ser un maldito desastre). todo esto hace que el "show" no sea tan brillante como la calidad de las canciones merece: juegan con el ritmo de la actuación, lo desprecian y eso pasa factura. pudiendo haber sido una noche mágica se queda solo en el recuerdo de un montón de muy buenas canciones muy bien tocadas pero poco más. el otro guitarrista, el que lleva el peso melódico de la actuación es una mezcla del keith richards joven y el ray davies mayor. no se complica la vida a la guitarra, casi siempre tira de acordes abiertos enchufado a su jcm900 de marshall: pura tralla. hace lo justo pero lo hace tan bien que no se echan de menos más detalles. el bajista, con permanente cara de italiano preocupado porque los irlandeses le estuvieron persiguiendo por la hell's kitchen, se aferra a las dos cuerdas más gruesas de su instrumento: es el complemento melódico perfecto a la rasca-rasca guitarra: me encantan este tipo de bajos: saltarines y rigurosos. el batería es un tipo de aspecto bonachón y pegada adecuada que no se mete tampoco en líos y que sabe muy bien cuál es el lugar de un buen timbal en el rock and roll. ya digo, no obstante, que no es sino cuando el cantante coge su guitarra cuando el sonido sube enteros.
reconozco las canciones que he oído hasta una decena de veces en su myspace: la powerpopera "gagland", "tear it to pieces girl" (buenísima, cómo me recuerda a "personality crisis"), el punk-pop de toda la vida que cuando es así de bueno da gusto ("i don't wanna be crazy anymore").
el sonido de la sala boite es bueno, quizás porque estoy pegado al escenario y
sea como estar metido dentro de su local de ensayo en manhattan.
una pena que al final no estuviera a la venta ninguno de sus dos discos: bazooka y dirt bomb. hay que conseguirlos a la de ya.
podéis ver fotos pronto, seguro, en popandsoul
cambio de amplis, re-orden de batería y micros para que salte al escenario el grupo al que veníamos a ver: the star spangles. he de decir que no les conocía de nada hasta hace un par de días en que un amigo me habló de ellos diciéndome que para él habían hecho uno de los mejores discos del año pasado. conociendo los nuevaoleros, powerpoperos y souleros gustos de mi amigo, me encaminé hacia ese maravilloso invento llamado myspace para escuchar las cinco canciones que ahí tenían colgadas. et voila!. sencillo y efectivo power-pop-punk-rock de guitarras que destaca por encima de miles y miles de grupos de idéntico planteamiento por dos razones: una voz cantante maravillosa, rasgada e increíblemente expresiva y unas melodías sencillas pero especialmente bonitas, tarareables y pegadizas: eso que cualquiera parecería capaz de hacer pero que solo unos pocos son capaces de pergeñar tan bien: y es que debe ser un don tener esta facilidad para crear melodías memorables.
the star spangles son en escena un clásico cuarteto de rock and roll setentero neoyorquino, más al estilo de los new york dolls que al de los ramones. más bum que parasites. un extraordinario cantante al frente que ocasionalmente deja la fender aparcada a un lado del escenario para únicamente cantar. un tipo de rostro plástico y gesticulante que hace girar de manera imposible las órbitas de los ojos y mueve la lengua fuera y dentro de su boca como tratando de expulsar sus propios demonios. todo un cruce entre david johansen, ricky gil, nick cave y shane macgowan. a ese último me recuerda, no porque tenga una dentadura podrida sino en la manera de cantar, hablar y moverse en el pequeño escenario de la boite. no tiene una actitud chulesca sino más bien nerviosa y tímida. y la banda en general actúa, no de manera desganada, pero sí con formas bastante desastrosas (y no pretendida y estudiadamente desastrosas, no es pose, no: es que deben ser un maldito desastre). todo esto hace que el "show" no sea tan brillante como la calidad de las canciones merece: juegan con el ritmo de la actuación, lo desprecian y eso pasa factura. pudiendo haber sido una noche mágica se queda solo en el recuerdo de un montón de muy buenas canciones muy bien tocadas pero poco más. el otro guitarrista, el que lleva el peso melódico de la actuación es una mezcla del keith richards joven y el ray davies mayor. no se complica la vida a la guitarra, casi siempre tira de acordes abiertos enchufado a su jcm900 de marshall: pura tralla. hace lo justo pero lo hace tan bien que no se echan de menos más detalles. el bajista, con permanente cara de italiano preocupado porque los irlandeses le estuvieron persiguiendo por la hell's kitchen, se aferra a las dos cuerdas más gruesas de su instrumento: es el complemento melódico perfecto a la rasca-rasca guitarra: me encantan este tipo de bajos: saltarines y rigurosos. el batería es un tipo de aspecto bonachón y pegada adecuada que no se mete tampoco en líos y que sabe muy bien cuál es el lugar de un buen timbal en el rock and roll. ya digo, no obstante, que no es sino cuando el cantante coge su guitarra cuando el sonido sube enteros.
reconozco las canciones que he oído hasta una decena de veces en su myspace: la powerpopera "gagland", "tear it to pieces girl" (buenísima, cómo me recuerda a "personality crisis"), el punk-pop de toda la vida que cuando es así de bueno da gusto ("i don't wanna be crazy anymore").
el sonido de la sala boite es bueno, quizás porque estoy pegado al escenario y
sea como estar metido dentro de su local de ensayo en manhattan.
una pena que al final no estuviera a la venta ninguno de sus dos discos: bazooka y dirt bomb. hay que conseguirlos a la de ya.
podéis ver fotos pronto, seguro, en popandsoul
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viernes, 11 de enero de 2008
josé maría granados en la sala clamores de madrid
me perdí su última actuación en madrid hace escasos meses en "la pequeña bety". creo que no fue mucha gente a verle así que fue una alegría ver una entrada más que decente anoche en la sala clamores.
josé maría granados lleva desde hace más de un año una formación clásica de guitarra acústica, guitarra eléctrica, bajo (de 5 cuerdas, "horreur", y espantoso "slapping" al final de "nada más") y batería. él canta igual de bien que siempre. expresa esa cotidianeidad del que dejó de ser adolescente hace mucho tiempo pero sigue emocionándose con las pequeñas cosas del día a día. y además, recupera en su repertorio clásicos, como no, de su esencial carrera al frente de "mamá": ya no volverás a pensar en mí, nada más, hora punta en el metro y el figurín. todas tocadas de una manera primaria que las hace aún más grandes: preciosas composiciones que pasarán a la historia por describir cómo eran los adolescentes y post-adolescentes de los primeros años ochenta en la ciudad de madrid. y mucho más: para cerrar (antes de repetir "nada más": una de las pocas cosas reprochables del concierto: ¿pero es que acaso no tenías más canciones que hacer?), la revisión en castellano del "like a rolling stone" de bob dylan que grabara hace unos diez años en el único disco de aquella entrañable "banda del otro lado".
a madrid canta en su último disco. y también en el concierto. no lo he podido escuchar todavía. solo tengo de él su primer y tercer largos. dos discos de sonido clásico, sencillo y muy estándar pero de melodías arrebatadoras, pegadizas, bonitas y letras sinceras (de las que a uno más le gustan). creo que josé maría es, de su generación, el que mejor está llevando esa poco singular cosa que es el hacerse mayor.
hace "despeinada", esa canción que conocíamos los seguidores de sus conciertos antes de que la grabara en el directo del puntual regreso de mamá o en su primer disco en solitario. hace él solo con la guitarra "soluciones", una de mis favoritas. también, "eses", "qué tal" (sin la presencia de su co-cantante en disco: antonio vega), ese himno pop que se llama "la buena nueva", una de mis canciones favoritas de todo el año pasado, "guárdame un sitio", emocionado canto a la amistad, "duermevela" (genial cantarle al "duermevela") y muchas más.
pegas a la propuesta de josé maría granados: la falta de pretensiones lúdicas más allá de la mera ejecución de canciones pop de letras interesantes. la excesiva sencillez de los arreglos de las canciones (y, personalmente, lo encasillado en clichés pop-rock "españoles" de su propuesta). estas canciones en otras manos podrían ser incluso mejores de lo que lo son.
es curioso ver un concierto como lo hice ayer. al fondo de la sala, mientras charlaba con unos amigos. para mí es un poco raro, aconstumbrado a centrarme en escuchar y observar (y comentar entre canción y canción) en las filas intermedias (ni muy cerca ni muy lejos). espero que mis amigos no se molesten por este comentario. disfrute mucho de la noche.
josé maría granados lleva desde hace más de un año una formación clásica de guitarra acústica, guitarra eléctrica, bajo (de 5 cuerdas, "horreur", y espantoso "slapping" al final de "nada más") y batería. él canta igual de bien que siempre. expresa esa cotidianeidad del que dejó de ser adolescente hace mucho tiempo pero sigue emocionándose con las pequeñas cosas del día a día. y además, recupera en su repertorio clásicos, como no, de su esencial carrera al frente de "mamá": ya no volverás a pensar en mí, nada más, hora punta en el metro y el figurín. todas tocadas de una manera primaria que las hace aún más grandes: preciosas composiciones que pasarán a la historia por describir cómo eran los adolescentes y post-adolescentes de los primeros años ochenta en la ciudad de madrid. y mucho más: para cerrar (antes de repetir "nada más": una de las pocas cosas reprochables del concierto: ¿pero es que acaso no tenías más canciones que hacer?), la revisión en castellano del "like a rolling stone" de bob dylan que grabara hace unos diez años en el único disco de aquella entrañable "banda del otro lado".
a madrid canta en su último disco. y también en el concierto. no lo he podido escuchar todavía. solo tengo de él su primer y tercer largos. dos discos de sonido clásico, sencillo y muy estándar pero de melodías arrebatadoras, pegadizas, bonitas y letras sinceras (de las que a uno más le gustan). creo que josé maría es, de su generación, el que mejor está llevando esa poco singular cosa que es el hacerse mayor.
hace "despeinada", esa canción que conocíamos los seguidores de sus conciertos antes de que la grabara en el directo del puntual regreso de mamá o en su primer disco en solitario. hace él solo con la guitarra "soluciones", una de mis favoritas. también, "eses", "qué tal" (sin la presencia de su co-cantante en disco: antonio vega), ese himno pop que se llama "la buena nueva", una de mis canciones favoritas de todo el año pasado, "guárdame un sitio", emocionado canto a la amistad, "duermevela" (genial cantarle al "duermevela") y muchas más.
pegas a la propuesta de josé maría granados: la falta de pretensiones lúdicas más allá de la mera ejecución de canciones pop de letras interesantes. la excesiva sencillez de los arreglos de las canciones (y, personalmente, lo encasillado en clichés pop-rock "españoles" de su propuesta). estas canciones en otras manos podrían ser incluso mejores de lo que lo son.
es curioso ver un concierto como lo hice ayer. al fondo de la sala, mientras charlaba con unos amigos. para mí es un poco raro, aconstumbrado a centrarme en escuchar y observar (y comentar entre canción y canción) en las filas intermedias (ni muy cerca ni muy lejos). espero que mis amigos no se molesten por este comentario. disfrute mucho de la noche.
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