Esta mañana en el periódico "Metro" he leído una entrevista con Andrés Calamaro, a propósito de la promoción de su último disco, "La lengua parlante". Preguntado por el trabajo y la inspiración, contesta que es un vago irremediable, todo lo contrario a, según cuenta, gente como su compatriota Astor Piazzola, quien alguna vez dijo que su producción musical era un 90% trabajo y un 10% inspiración (algo muy parecido le he escuchado decir muchas veces a Joan Manuel Serrat preguntado por su fórmula mágica compositora). Parece que Piazzola dijo también aquello de "la inspiración me cogió trabajando", en clara alusión a que cuando creó sus más increíbles y fascinantes obras, estaba realmente inspirado y, lo que es más importante, estaba trabajando: pero claro, no en la oficina, el taller o el supermercado, sino en su propia obra musical, con el piano, el bandoneón o la guitarra y, supongo, el papel pautado.
Es curioso. ¿A qué se referirá entonces la canción del "Grupo de Expertos - Cultural SolyNieve"? El caso es que, con ese deje granadino con el que J canta yo solo podía imaginar que hablara de la excusa del currela o de la típica coletilla del macho ibérico: "bah... si yo quisiera..." o "bah... si yo me pusiera"...
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