sábado, 6 de octubre de 2007

esperando a los bárbaros

segundo libro de j.m. cotzee que leo después de desgracia.

esperando a los bárbaros fue publicada en 1980. en sudáfrica. en pleno apartheid. se desarrolla en un pueblo en la frontera de un imperio que teme la invasión de los bárbaros, nómadas, desconocidos y por lo tanto peligrosos. un magistrado de avanzada edad y décadas de oficio tranquilo y pacífico en este puesto fronterizo es testigo activo de un momento de auge del miedo al bárbaro por parte de, primero, la policía fronteriza y después, el ejército imperial. pero el magistrado no teme a los bárbaros. es más, no cree que sean un peligro y lleva hasta las últimas consecuencias su opinión desafiando el orden marcial impuesto por los militares. este desafío que se torna rebeldía de cara a los representantes militares del gobierno imperial se viste de inmoralidad toda vez el magistrado se encapricha de una "bárbara" mucho más joven que ha sido torturada hasta provocarle la ceguera y cuya familia ha sido asesinada. por alguna razón moral el magistrado decide, después de acostarse con la chica repetidas veces, devolverla a su pueblo. emprende un viaje acompañado de algún soldado y un guía por las inhóspitas tierras de estos nómadas y consigue su objetivo no sin antes haber estado a punto de hacer a todos morir en el intento. a su vuelta al pueblo el magistrado verá el peso de la ley militar caer sobre él. será humillado y torturado. será objeto de las más bajezas humanas. y terminará resurgiendo de su ostracismo y probable muerte una vez que los militares se baten en retirada cuando son conscientes de que los bárbaros les han vencido haciendo únicamente valer su conocimiento del terreno en el que siempre vivieron. así que el magistrado vuelve a ser libre en el pueblo. ahora que casi todos, militares y civiles, han huído. se queda solo junto a algún habitante más del pueblo que no quiere abandonar las calles que les vieron nacer. esperan con lo justo, sin casi comida, sin casi agua. esperan un atque bárbaro que no parece llegar nunca. esperan a los bárbaros, que probablemente no tengan intención alguna de tomar el pueblo.



el magistrado de "esperando a los bárbaros" y el profesor universitario de "desgracia" tienen varias cosas en común. ambos están en sus últimos años de profesión. esos años que restan para pasar a formar parte de "los que ya no sirven para nada". ambos anteponen sus ideas y su moral de una manera absolutamente terca, tenaz y convencida. ambos siguen necesitando una mujer a su lado. ambos necesitan su calor y su sexo. ambos anteponen su propia moral a su estatus social. en ambos casos sus vidas de repente cambian radicalmente. pero por propia elección, no por obligación. porque siempre les es ofrecido un camino sencillo en el que nadie les cuestione, en el que mantener su status. pero prefieren ser, quizás por primera vez en su vida, honestos consigo mismos.

esperando a los bárbaros se antoja una impactante parábola sobre el apartheid sudafricano. sobre la violencia que viene del miedo a lo desconocido. algo que no fue abolido en aquel país hasta hace muy poco. aunque no se menciona en ningún momento ni la época ni el continente, podemos pensar en la sudáfrica del apartheid. esa que aplacaba al bárbaro porque el desconocimiento genera miedo.

coetzee escribe con un pulso narrativo que raya lo desasosegante. se cuestiona infinidad de hechos poniéndose en la piel de su protagonista. e incluso diría yo que se arrepiente de su clarividencia... a veces da la impresión de que hubiese preferido no saber nada. lo dice el magistrado en más de una ocasión.

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