soy un principiante en esto del flamenco. este es el segundo recital al que voy de motu propio, aconsejado por ese gran programa de radio que es "duendeando", en radio 3 de radio nacional de españa, los sábados y los domingos de 6 a 7 de la tarde. hay algo que creo firmemente y es que si hay un género musical que se tenga que disfrutar en fundamentalmente en directo, ese el cante flamenco. así que, aprovechando un buen momento de ánimo y un reparador puente en lo que a sueño se refiere me dirigí con un amigo a la boca del lobo de madrid. sí señor, un aficionado al pop anglosajón haciendo sus pinitos con el cante jondo.
la boca del lobo ofrecía uno de los muchos conciertos que se engloban bajo el festival "alternativas en directo": un artista consagrado ofrece la alternativa a uno nuevo, ofreciéndole compartir escenario como su telonero. intenté que esto fuera también mi alternativa como oyente de flamenco. y según mi amigo y acompañante en este evento, es posible que muchos de los presentes anoche en la boca del lobo tampoco fueran aficionados habituales al cante.
leí que juan moneo, el torta, presentaba a su sobrino, moneíto chico. ambos compartieron guitarrista (no me quedé con el nombre pero sí con el apellido: moneo. y es que en esto del flamenco es bastante habitual que todo quede en familia).
moneíto chico (no recuerdo tampoco su nombre de pila) se mostró agradecido. incluso capeó con elegancia los pequeños problemas de sonido iniciales (a veces es más difícil sonorizar una voz y una guitarra que a toda una banda de rock). su repertorio fue de 5 o 6 piezas, la mayoría bastante contenidas hasta el final. los pasajes de guitarra (fabulosos) fueron largos y numerosos. y se agradecían. la voz del cantaor es muy buena pero todavía no tiene en directo la presencia, las tablas y el morro y sentimiento contenido que estalla repentinamente de su tío. pero seguro que con el tiempo lo consigue.
el torta es harina de otro costal. decían los entendidos que es un cantaor muy peculiar, que arrastra admiradores por eso de su impredecibilidad. y ayer lo demostró. en los dos primeros cantes (el primero, una alegría, el resto aún lo desconozco: ay, que soy un profano y controlar todos los palos me va a llevar tiempo) se disculpó porque no estuvo del todo conforme con el resultado. y eso le honra (como a cualquier artista que admita sinceramente un fallo, siempre que no lo haga para simular algo). y las letras (cuando se entendían, que tampoco es fácil seguirlas completamente) tenían mucho de su cádiz, de su jerez y de su puerto de santa maría. llevo varios veranos pasando alguna semana por aquellas tierras y allí, en rota, fue donde precisamente vi mi primer recital flamenco.
me decía mi amigo que parte de la gracia del flamenco es la participación del público (agua...., ole..., venga..., vamos ya...) y que ayer pocos participaban. que eso puede mermar el duende que debe ir creciendo en una actuación. puede ser. sí es verdad que no fue como en rota, con la peña flamenca del pueblo en las primeras filas hablando con el cantaor entre canción y canción (y cantando la jugada durante las mismas).
el caso es que el torta hizo 6 o 7 números y se despidió. impresionante garganta. todo expresión. daba gusto verle alejarse del micro y elevar la voz al techo de la boca del lobo para modular la intensidad de su cantar. ojalá pueda volver a verle. y si es por un precio como el de anoche, mucho mejor: 6 euros ya no vale casi nada en esta puñetera madrid.
la boca del lobo ofrecía uno de los muchos conciertos que se engloban bajo el festival "alternativas en directo": un artista consagrado ofrece la alternativa a uno nuevo, ofreciéndole compartir escenario como su telonero. intenté que esto fuera también mi alternativa como oyente de flamenco. y según mi amigo y acompañante en este evento, es posible que muchos de los presentes anoche en la boca del lobo tampoco fueran aficionados habituales al cante.
leí que juan moneo, el torta, presentaba a su sobrino, moneíto chico. ambos compartieron guitarrista (no me quedé con el nombre pero sí con el apellido: moneo. y es que en esto del flamenco es bastante habitual que todo quede en familia).
moneíto chico (no recuerdo tampoco su nombre de pila) se mostró agradecido. incluso capeó con elegancia los pequeños problemas de sonido iniciales (a veces es más difícil sonorizar una voz y una guitarra que a toda una banda de rock). su repertorio fue de 5 o 6 piezas, la mayoría bastante contenidas hasta el final. los pasajes de guitarra (fabulosos) fueron largos y numerosos. y se agradecían. la voz del cantaor es muy buena pero todavía no tiene en directo la presencia, las tablas y el morro y sentimiento contenido que estalla repentinamente de su tío. pero seguro que con el tiempo lo consigue.
el torta es harina de otro costal. decían los entendidos que es un cantaor muy peculiar, que arrastra admiradores por eso de su impredecibilidad. y ayer lo demostró. en los dos primeros cantes (el primero, una alegría, el resto aún lo desconozco: ay, que soy un profano y controlar todos los palos me va a llevar tiempo) se disculpó porque no estuvo del todo conforme con el resultado. y eso le honra (como a cualquier artista que admita sinceramente un fallo, siempre que no lo haga para simular algo). y las letras (cuando se entendían, que tampoco es fácil seguirlas completamente) tenían mucho de su cádiz, de su jerez y de su puerto de santa maría. llevo varios veranos pasando alguna semana por aquellas tierras y allí, en rota, fue donde precisamente vi mi primer recital flamenco.
me decía mi amigo que parte de la gracia del flamenco es la participación del público (agua...., ole..., venga..., vamos ya...) y que ayer pocos participaban. que eso puede mermar el duende que debe ir creciendo en una actuación. puede ser. sí es verdad que no fue como en rota, con la peña flamenca del pueblo en las primeras filas hablando con el cantaor entre canción y canción (y cantando la jugada durante las mismas).
el caso es que el torta hizo 6 o 7 números y se despidió. impresionante garganta. todo expresión. daba gusto verle alejarse del micro y elevar la voz al techo de la boca del lobo para modular la intensidad de su cantar. ojalá pueda volver a verle. y si es por un precio como el de anoche, mucho mejor: 6 euros ya no vale casi nada en esta puñetera madrid.
3 comentarios:
El torta no es un grande, pero tiene mucho arte. Suya es la amosa copla de "me estoy quitando, me estoy quitando, solo me pongo de vez en cuando".
El torta no es un grande, pero tiene mucho arte. Suya es la amosa copla de "me estoy quitando, me estoy quitando, solo me pongo de vez en cuando".
sabía que tenías que ser también aficionado al flamenco, amigo nopisto. esa copilla la recuerdo interpretada por ¿extremoduro? ¿puede ser? creo que me tocó acompañar a la guitarra en fogatas veraniegas a más de uno para que se divirtiera cantándola. no tenía ni idea de su autoría. gracias por la información. ahora... ¿qué quieres decir con "amosa" copla? supongo que la f se te ha escapado pero como soy nuevo en esto del flamenco, todo puede ser posible.
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